𓏲 Capítulo 20

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El mal humor había quedado en el olvido tan pronto Chaeyoung despertó de su necesaria y larga siesta en la que con éxito, logró compensar las horas de sueño que había perdido. Con un poco más de energía que antes, se dió una ducha al notar que eran las seis y media de la tarde, debía estar en su escuela a eso de las ocho de la noche que es cuando iniciaría la fiesta en su totalidad. Sus padres estaban por llegar, pero ya les había comentado sobre el evento al cual, como siempre, la dejaron ir sin oponerse mucho, recalcando que debía cuidarse y no consumir alcohol.

Cuando salió de la ducha, sacó de su armario la pijama que usaría, y podría ser un poco patético, pero había conseguido una pijama a juego para Mina. Mordió su labio inferior con duda, ¿debía llamarle para saber como estaban las cosas? Quizás sí tenía que hacerlo, aunque le parecía muy extraño no haber recibido ningún mensaje de su parte. Suspiró desanimada y dejó el conjunto en su cama, vistiéndose con su pijama frente al espejo, arregló los mechones que se desordenaron mientras se vestía, demasiado inmersa en sus propias acciones para prestarle atención al lejano ruido en su balcón.

— Chaeyoung — susurró, Mina afuera de la ventana corrediza de la menor — Chaeyoung, abre — volvió a susurrar con impaciencia.

Esperó unos segundos hasta que decidió abrir la ventana por sí misma como solía hacer.

Chaeyoung se sobresaltó ante el sonido de su ventana ser abierta, poniéndola alerta hasta que se encontró con una muy nerviosa Mina entrando a su habitación como si nada.

— Estuve llamándote desde afuera, pero no abriste — se excusó, señalando con su pulgar hacia atrás — Tenemos que hablar, Chae.

— Bueno... Está bien — asintió lentamente, tomando asiento en la orilla de la cama mientras veía con atención sus pantuflas, tratando de no hacer mucho contacto visual con ella.

— Yo sé que lo de esta tarde se vio muy mal — empezó a hablar, buscando las palabras correctas para contar lo sucedido — Pero te juro que no sé qué hacía él en mi habitación.

— ¿Por qué estaban solos en tu casa?

— Eso... Mi madre lo invitó a casa cuando fue por mi a la escuela, luego ella se fue a hacer unas compras para el almuerzo y nos dejó solos — explicó, poniéndose de cuclillas frente a la menor que seguía sin levantar la mirada — Yo te prometo que nada fue intencional, sabes que no tengo nada con él.

— Lo sé, es solo que él sigue sintiendo cosas por ti, es obvio.

— Eso no me interesa, le dejé en claro que me gustas tú — afirmó con seguridad, obteniendo por fin la mirada de Chaeyoung sobre ella — Eso lo tiene de los nervios.

— Es muy molesto, no lo soporto, nunca lo hice y jamás lo haré — se cruzó de brazos, haciendo un puchero que Mina no tardó en besar, tomándola por sorpresa.

Chaeyoung rápidamente separó sus labios para atrapar el labio inferior de Mina en un beso lento que logró hacerlos suspirar de satisfacción a ambos. Sin cortar el beso, Mina se levantó lentamente hasta que Chaeyoung sintió su espalda descansar en el colchón de la cama con Mina sobre ella.

— Lamento si te hice sentir mal — dijo Mina al separarse levemente, mirándola a los ojos con notable arrepentimiento — También lamento no venir a buscarte antes — apartó los mechones rubios que caían en el rostro de la menor, escondiéndolos tras su oreja.

— Te perdono con una condición.

— ¿Cuál condición? — enarcó una ceja con curiosidad, viendo la sonrisa traviesa que se asomó en sus labios.

— Vas a ponerte esto — le mostró la pijama que estaba a su lado con emoción.

— ¿Una pijama a juego con la tuya?

❝ Forbidden ❞ || MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora