Si te amo, ¿a ti qué te importa? · [ JIKOOK ]

(1) Un príncipe

Aquel grupo, por supuesto, atraía las miradas de cualquiera. Los comentarios también, pero habían aprendido a omitir ese dato. Cuando entraron en aquella cafetería unas cuantas cabezas se volvieron en su dirección y comenzaron los susurros. Jimin puso los ojos en blanco. Llevaban viéndolos por las cafeterías cercanas al campus durante los últimos tres años, ¿es que no pensaban dejar de actuar como idiotas? ¿Es que nunca habían visto a un hombre bien vestido antes?

Se dirigieron a su mesa de siempre que llenaron con las bolsas llenas de la ropa que acababan de comprar. Cuando Yoongi iba a sentarse, Jimin le puso ojitos y le pidió que se acercara a pedir su bebida. El mayor, por supuesto, le mandó a la mierda; pero fue igualmente. Namjoon y Seokjin charlaban animadamente en el sofá al otro lado de la mesa; sin embargo, él no participó en la conversación, demasiado cansado hasta para mantener una postura correcta. Se reclinó en el sillón, apoyó la cabeza en el respaldo y cerró los ojos. Al menos los outfits que se había comprado merecían la paliza a andar que se habían dado.

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Los murmullos impacientes de los demás le llegaban a través de la cortina de terciopelo burdeos del probador; pero los ignoró lo mejor que pudo. Tiró del puño de la chaqueta y se echó el pelo hacia atrás. Sí, definitivamente ese outfit era perfecto para la fiesta de la semana siguiente. Llevaba sus zapatos de vestir favoritos, los de la suerte. Los pantalones de traje negros realzaban sus curvas sin caer en la vulgaridad, él era un caballero, por supuesto que no iba a caer en aquellas cosas. La camisa de seda negra con adornos en el cuello era perfecta, elegante y sofisticada. La chaqueta que estaba a punto de comprarse era el toque definitivo. Negra con intrincados bordados plateados. Según el dependiente era una pieza exclusiva, así que no existía otra posible respuesta, tenía que comprársela. Subió su mano serpenteando por el pecho de su camisa, acariciando la suave tela, jugando con el encaje que sobresalía del cuello y llevó sus dedos al lóbulo de su oreja. Necesitaría unos pendientes nuevos que hicieran justicia a la ropa...

—Jimin, ¿piensas seguir ahí grabando un videoclip tú solo o vamos a acabar de comprar de una vez? —La cabeza de Namjoon asomó entre las cortinas.

—¡Hyung! ¿Y si llego a estar desnudo?

—Meh, no creo que fuera para tanto —La cabeza de Seokjin apareció debajo de la del otro.

—Que os den por...

—Mira, el principito va a blasfemar. Tenéis que haberlo enfadado de verdad —Comentó con sarcasmo Yoongi desde el otro lado.

Jimin se limitó a poner los ojos en blanco y a cerrar las cortinas de nuevo para cambiarse. "Inspira, expira. Da igual. Todo es perfecto. Mi traje es perfecto. Todo está bien". Volvió a pasarse las manos por el pelo y decidió que aunque tenía una mínima raíz y que esta probablemente midiera un par de centímetros para cuando llegara la fiesta, no iba a volver a teñirse de nuevo. Su pelo debía estar suave y sedoso. Mentalmente repasó otra vez todo lo que necesitaba tener preparado y concluyó que solo necesitaba encontrar el maquillaje perfecto que combinara con la ropa a la vez que realzara sus ojos azules. "Ah, colirio, tengo que comprarme otra cajita de monodosis para poder llevarlas en el bolsillo. Con la luz tan pobre que hay siempre se me resecan las lentillas".