(6) Nada

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La sonrisa de Jungkook se escondía tímidamente contra la almohada

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La sonrisa de Jungkook se escondía tímidamente contra la almohada. Hacía mucho tiempo que no dormía tan bien. Al principio ni siquiera sabía por qué no podía dejar de sonreír o por qué todavía parecía que su cuerpo estaba recostado sobre una nube de algodón de azúcar en vez de sobre su cama deshecha. Su cerebro aún adormilado no procesaba ningún pensamiento, simplemente le dejaba disfrutar de aquella dulce experiencia. Tomó aire con fuerza y el olor del perfume de Jimin inundó sus pulmones. Así que esa era la explicación. Imágenes de la anterior noche comenzaron a repetirse tras sus párpados como una película y el joven se negó a abrir sus ojos e interrumpirla. Las suaves caricias y dulces palabras que el mayor le había otorgado se entrelazaban y volvían a despertar escalofríos en su piel. Sintió el rubor subir a sus mejillas al pensar en todas las veces que lo había llamado "ángel". Nunca iba a cansarse de escucharle decir aquello.

Pasados unos instantes, decidió que aquellas imágenes proyectadas por sus recuerdos y el sutil olor que todavía impregnaba la habitación no eran suficientes; sin embargo, tampoco quería abrir los ojos. Estiró la mano tentativamente, esperando encontrar el tacto caliente de la piel de Jimin... pero no tocó nada. Abrió su palma y la movió con más avidez. Las sábanas estaban frías. Toda aquella suave y almidonada sensación que le envolvía se esfumó en un segundo. Sus ojos se abrieron, pero no vieron nada. Utilizó la mano que había servido antes para buscar al mayor para apoyarse y enderezarse. No estaba. Su lado estaba frío y apenas deshecho.

—¿Hyung?

No hubo respuesta. Se levantó de la cama y se dirigió a la montaña de ropa que había encima de la silla de su escritorio. Aquella en la que la noche anterior había estirado la ropa de Jimin, que tampoco estaba ya. Se rascó la nuca mientras intentaba concentrarse todo lo que pudo en escuchar si había ruido en el baño o en la cocina en lo que tardó en ponerse unos pantalones de chándal y una sudadera. Pero nada.

"¿Se ha ido ya o no ha dormido conmigo? ¿Me ha mentido? Yo creía que se iba a quedar. ¿Por qué no me dijo que tenía que irse? ¿Pero se ha ido de verdad? A lo mejor está en la cocina y no me ha oído". Su corazón empezó a acelerarse para acompañar el ritmo de las preguntas en su cabeza. No quería dudar de Jimin. No, no iba a hacerlo. Jimin era dulce y le había tratado tan bien la noche anterior... No se merecía que dudara de él a la primera de cambio. Aun así, podía sentir el frío que conllevaba siempre la carga de no sentirse suficiente abrazarle los costados.

Salió al salón llamándole de nuevo, pero nada. Ahora que su mente estaba organizándose finalmente y sus pensamientos ya no parecían llegar bañados en una capa de sueño, pensó que quizá estuviera reaccionando de forma dramática. Probablemente. Sí, seguramente. Aun así, no podía evitar que... ¿doliera? Quizá "doler" fuera una palabra demasiado fuerte; pero sí se había sentido decepcionado al no despertar abrazado a Jimin, de la misma forma en que se había dormido. En cualquier caso, tenía sentido, era martes, tendría universidad o alguna responsabilidad y se habría tenido que levantar pronto... ¿Jimin trabajaba?

Si te amo, ¿a ti qué te importa? · [ JIKOOK ]Where stories live. Discover now