Capítulo 2

35 3 0
                                    

—Sabes que eres la mejor prima del planeta ¿verdad?

Marc se acercó correteando hacia mí, con toda la prisa del mundo.

Él necesita otra cosa —repetí sus palabras como forma de burla.

Intenté detenerme para saludarlo como cualquier persona normal haría, pero su apuro empujó mi cintura desde mi espalda baja, obligándome a seguir avanzando.

—Cambio de planes —explicó.

—¿Qué es lo que te hizo cambiar de parecer?

—No es lo que importa ahora.

—No encontraste a nadie más, ¿verdad?

—Eres la única mentalmente capaz.

—¿Mentalmente?

Me detuve, reconsiderando la seriedad del asunto.

—Escuchaste bien—. Empujó mi cintura otra vez.

—Nadie quiso tomar el trabajo, ¿verdad?

Asesiné su mirada con mis ojos amenazantes. Exhaló profundamente y se detuvo para soltar la verdad.

—Está bien, me descubriste. No conseguí a nadie que quisiera hacerlo.

—Soy tu última opción.

—Siendo honesto, pienso que siempre fuiste la única opción, sé que podrás soportarlo.

—¿Acaso estás llevándome con un demente que tengo que estar bien mentalmente?

—Algo parecido.

—¡Marc! —golpeé su estómago, exigiendo un poco de seriedad.

—Es broma idiota. Sabes que no te pondría en peligro jamás.

—Estoy dudando.

—Tiene sus cosas...

—¿Cómo cuáles?

—Cuando lo conozcas sabrás de qué hablo.

Quitó el bolso de mis manos y se lo entregó a un hombre vestido formalmente que se acercó a recibirlo.

—Quiero saberlo ahora —exigí.

—No tenemos tiempo —dictaminó cuando comenzó a caminar hacia las escaleras del avión que nos esperaba a metros de nosotros.

—¡Marc! —grité, e ignoró por completo mi voz— Maldita sea Marc, espera.

—Deberías haber llegado ayer por la tarde. No tenemos tiempo para más charla.

—¿Quieres calmarte? Por un minuto más nadie morirá.

—Creéme, yo moriré si no pisas ahora mismo ese avión.

—Dime por lo menos lo que tengo que hacer.

—En simples palabras tu tarea es fingir ser la pareja del capitán.

—Eso debería ser sencillo, ¿verdad?

—Es una persona complicada, te lo advertí desde el comienzo.

—Marc, no pienso tener sexo con este hombre —advertí apenas fui consciente de lo que tenía que hacer.

Si sólo mirar su imágen y haber caído en su encanto me había hecho sentir asquerosamente una más del montón, no me imaginaba cómo iba a sentirme si accedía a abrir mis piernas para él.

—No tendrás que hacerlo Liz. Nada de lo que se refiere a roce, cercanía, intimidad, más que la necesaria para cumplir el objetivo de la contratación, está contemplado. No tienes porqué acercarte a él ni él a tí, más que para fingir ante los ojos de los demás.

TUS SOMBRAS [ + 18 ]Where stories live. Discover now