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—Carajo Agus, las llaves están en la entrada de la casa —digo caminando a toda velocidad al salón, después de escuchar como el timbre era tocado con insistencia, ni siquiera me dio tiempo para ponerme una camiseta, pero con Agus hay confianza—¿Tan difícil es tomarlas antes salir? —abro la puerta y entorno los ojos al ver que no se trata de mi amigo— Buenas noches señor Harris ¿Desea algo? Mi horario de trabajo ya acabó y realmente no deseo recibir ni atender visitas a esta hora —respondo secamente, ni siquiera intento cubrir mi cuerpo de las únicas dos prendas que me cubren.

—¿Alguien más está contigo?

Bufo.

—Mire señor Harris, realmente no tengo ánimos para hablar con usted, así que puede irse por donde vino y si quiere consultarme algo lo puedes hacer mañana en mi horario laboral, ahora si me disculpa le cerraré la puerta en la cara —cuando estoy por cerrar la puerta su pie la detiene.

—Ana me dijo que te sentías mal —entorno los ojos.

—Mañana le llevo mi reporte médico, puede retirarse por favor.

—Carajo Heather.

—Señorita Levine para usted señor.

Frunce el ceño y aprieta sus labios, cuando está a punto de hablar veo a Agus y Andrew saliendo del ascensor.

—Genial, mis salvadores. Ayúdenme y háganle entender a el señor Harris que no quiero verlo, gracias —doy media vuelta dejando a mis amigos con el rubio idiota mientras me encierro a mi habitación y me trago el nudo que se forma en mi garganta. Busco la ropa que me pondré para salir con mis amigos antes de comenzar a cambiarme.

Me enfundo en la falda negra y la blusa sin mangas color blanco, pongo mis tacones negros y tomo mi pequeño bolso, mirándome al espejo y sonriendo tras ver el resultado.

Pongo un poco de maquillaje en mi rostro y escribo un mensaje a Andrew preguntándole si Jayden se fue, mi amigo responde que sí y salgo de mi habitación lista para irnos.

—Eso es, disfrutemos de la vida —dice Andrew.

—¿Qué paso con Jayden? —pregunta Agus frunciendo el ceño.

—No ha pasado nada, es solo mi jefe ¿Sabes?

—Heather.

—Hoy nos divertiremos como nunca ¿Ok?

—Si señora —dicen ambos haciendo una pose militar, entorno los ojos y los tres salimos del apartamento, no tardamos en pedir un taxi ya que ninguno quiere dejar de tomar así que es mejor para prevenir algún accidente.

No tardamos en llegar al lugar y abro mis ojos con sorpresa al ver lo grande es que es lugar, tiene dos pisos y hasta fuera del lugar se escucha el sonido de la música latina sonando a todo volumen, inmediatamente me dan ganas de bailar, pero mis amigos tienes planeado primero pedir algo de tomar mientras elegimos una pequeña mesa de cuatro asientos, Andrew no tarda en ir a la barra por los tragos mientras Agus me mira como si estuviera intentando adivinar que pienso.

—¿Qué pasa? —pregunto frunciendo el ceño.

—¿Qué ha pasado con Jayden? —pregunta sin rodeos.

—En realidad no ha pasado nada.

—¿Entonces porque lo echaste de casa?

—Solo tuve una discusión con él —me encojo de hombros—, nada del otro mundo.

—¿Estás bien?

—¿Por qué no habría que estarlo?

—Tu semblante es extraño, sueles sestar hablando y riendo, pero ahora no estás así.

Quizás algún díaKde žijí příběhy. Začni objevovat