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(16 semanas de gestación)

En mi vientre ya hay una curvatura muy notoria y juro que la emoción no cabe en mí, últimamente no he podido dormir porque los recuerdos de Jayden me siguen golpeando en la misma magnitud que el comienzo, pero esas noches y madrugadas en las que me es imposible conciliar el sueño les hablo a mis bebes, no sé por qué exactamente, pero me tranquiliza.

Agus y Andrew se han esforzado demasiado para que todo vaya bien y es por eso que, siendo una fingida del demonio, en las mañas y tardes que paso con ellos sonrío y convivo normal ya que no quiero preocuparlos, aunque posteriormente en mi cuarto en las noches solo lloro con recuerdos que sé que jamás volverán a ser reales.

Una parte de mi tenía esperanzas de al menos recibir una llamada de Jayden, una llamada diciéndome que todo fue una broma o un ataque de idiotez, pero otra parte de mí, mucho más grande, sabía que eso es lo más imposible del jodido mundo.

—Heather —entra Agus a mi habitación haciendo que gire mi rostro y detenga el trenzado en mi cabello para mirarlo—, ya tenemos que ir donde la ginecóloga ¿Estás lista?

Asiento y termino de juntar los mechones de mi cabello que se escapan del perfecto trenzado para luego caminar detrás de él.

—Andrew ya nos está esperando allá, le quedó de paso en la empresa.

—Vale —subimos a su auto y comienza a conducir hacia el consultorio de mi ginecóloga, quien ahora está haciendo seguimiento a mi embarazo.

Ella me había dicho que era necesario alimentarme de vitaminas y realizarme una dieta completa de alimentos ya que los riesgos en el embarazo de mellizos o gemelar es muy alta, mucho más que en los embarazos normales.

Es por eso que ahora mis mejores amigos me tienen un horario exclusivamente para mí, donde está señalado las vitaminas que tengo que tomar, un menú distinto para cada semana y se encargan de agregar algunos dulces. Fuera de ese horario tengo muchos antojos, por eso también han comprado una tarjeta de una tienda en especial, la cual se encarga de preparar postres y almuerzos, por si en algún momento se me antoja algo que no está en el horario.

Es por eso que los quiero como nunca.

A lo lejos puedo visualizar al pelinegro en la entrada, recostado a la pared mientras va apretando sus manos con nerviosismo.

Se acerca de inmediato al auto y me ayuda a bajar, aunque yo lo pueda hacer sola perfectamente.

—¿Cómo han amanecido? —pregunta dejando un beso en mi mejilla.

—Muy bien —le sonrío— ¿Estás nervioso?

Asiente.

—¿Hoy te dirán que serán?

—¿Es por eso que estás nervioso? —pregunto divertida.

Asiente.

—Imagina que sea una niña ¡Dios mío! ¿Otra Heather? Madre mía, ahora imagina que sean dos niñas ¡Me dará un infarto! —Agus ríe con ganas mientras yo golpeo su hombro divertida.

—Entremos, la doctora nos está esperando.

Me siguen mientras le indico mis datos a la recepcionista, ella los apunta y me indica en que habitación será la cita hoy. No dice nada cuando mis amigos me siguen, pero si la veo apretar los labios ya que creo que solo podía entrar la embarazada y un acompañante, obvio no haré caso a esa tonta norma.

—Hola Heather, me alegra verte ¿Cómo te ha ido? —pregunta sonriendo mientras tomo asiento.

—Bien —sonrío— el vientre me ha crecido y tengo muchos antojos —murmuro.

Quizás algún díaWhere stories live. Discover now