51

1K 76 4
                                    

Termino de abrochar mi camisa y ya estoy escuchando los pasos de mis hijos correr por todo el apartamento. Ayer antes de irme a dormir recibí un mensaje de Jayden el cual hizo que mis ojos casi se salieran de su lugar.

Jayden Harris: Permíteme dejar mañana a nuestros hijos en su escuela, podemos ir juntos, después de todo luego vamos al mismo lugar.

A lo que respondí que mis hijos no tenían colegio ahora, le explique por qué y cómo, no me respondió en unos minutos, pero cuando lo hizo me dejó impactada.

Jayden Harris: Pues ya lo tienen, es una guardería privada donde no correrán ese tipo de peligros, empiezan mañana mismo. Solo no te olvides de llevar tus documentos y los de ellos para poder inscribirlos completamente y correctamente

Mis dos pequeños entran a mi habitación y les sonrío besando sus mejillas. Antes de arreglarme yo, los bañé, vestí y les di de comer a ellos.

—¿Están listos? —pregunto pasando mi mano por una de las dos coletas que Hayley quizo que le haga.

—Hunte quie lleva un caito.

—¿YO?! —Hunter abre la boca indignado mientras su hermana sonríe como un angelito.

—No lo creo —digo de la manera más dulce mientras tomo mi bolso al escuchar el timbre de mi apartamento siendo tocado —Llegó.

—Vamo —Hayley es la primera en salir hacia el salón y luego su hermano y yo la seguimos.

Al abrir la puerta no puedo evitar sentir el olor de su perfume pasando a ser parte de cada rincón de mi hogar. El traje que trae puesto me trae muchos recuerdos, y se sigue viendo igual de bien en él, y su cabello rubio... su cabello rubio es algo de lo más hermoso que he visto.

—Buenos días Jayden —murmuro.

—Bueno dia ¿Yeden? —saluda mi princesa viendo al hombre que es su padre.

—Así es cariño, Jayden —mi hija asiente sonriéndome. 

—Bueno día, seño —saluda mi pequeño pasando por su lado.

—Yo soy tu papá.

Se encoge de hombros.

—Peo yo no lo conoco.

—Pero... —intenta hablar el rubio mayor.

—No —lo detengo —Jayden, tiempo.

—Bien —suspira—, tienes razón, tiempo.

Respiro hondo antes de darme cuenta de lo que estoy haciendo ahora ¿Cómo he llegado a este punto? ¿Ya lo perdoné? ¿Tan fácil? ¿Cómo dejo que ahora intente convivir cuando hace unos años me pidió abortar? Definitivamente no estoy bien del todo.

—Tenemos que irnos para que ustedes pequeños, lleguen temprano —dice Jayden con una gran sonrisa que hace mucho no veía.

—¡Tiii! —salta Hayley emocionada.

—Bien vámonos de una vez —ambos rubiecitos salen primero y Jayden no tarda en acercarse a mi y murmurar.

—Espero que no sea una molestia que hoy quiera llevarlos en mi auto.

Niego lentamente, él me mira asustado antes de que hable.

—No hay problema —le resto importancia y el color vuelve a su rostro mostrándome una enorme sonrisa.

Jayden

Ni siquiera sé porqué, ni como pero terminamos con el auto inundado de música infantil, sobre una gallina no sé qué, que hace no sé qué. La castaña les sigue la corriente mientras agita su cabeza y utiliza su mano como si tuviera un micrófono en ella. 

Quizás algún díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora