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—¿Qué se supone que me tienes que decir?

—Mira yo...

—Habla rápido —exijo entornando los ojos.

Él bufa mirándome mal y yo solo niego con la cabeza.

Está por hablar, pero nos vemos interrumpidos cuando una chica entra al baño mirándonos, su vista pasa de Jayden hacia mí una y otra vez.

—¿Estás bien? —me pregunta.

—¿Eh? Si, si, gracias.

—¿Segura? A veces los imbéciles intensos de la discoteca no dejan de molestar y...

—Gracias por preocuparte, estoy bien. Solo es un amigo, no es ningún intenso de la discoteca —le sonrío, ella asiente más tranquila y entra a un cubículo.

Miro a Jayden y comienzo a caminar fuera del lugar, él me sigue hasta donde lo llevo. Cuando el aire choca con mi rostro y gotas gruesas caen encima mío, no puedo evitar tambalearme mientras intento mantenerme de pie.

Está lloviendo.

—Joder —masculla el rubio tomando mi brazo delicadamente intentando que no caiga al suelo— ¿Cuánto has tomado?

—No tanto como quería —me separo de su toque mientras siento como la lluvia moja mi ropa, bufo—, ahora si habla que tengo ganas de regresar con mis amigos —miro a Jayden y no puedo evitar suspirar al ver como su cabello rubio se moja por la lluvia— Entremos —digo, no quiero que se enferme.

—Vamos a mi auto —dice tomando mi mano de manera lenta, como si temiera que lo empuje y me vaya yo sola.

—Bien, está bien —me guía hasta donde se encuentra su auto y hago una mueca cuando me doy cuenta que estamos empapados y ensuciaremos los asientos.

—Venga sube.

—No me iré de aquí, solo hablaremos dentro por la lluvia.

—Lo sé.

—Mojaré el asiento.

—Es lo que menos me importa.

Asiento mordiendo mi labio mientras entro al auto sentándome en el asiento de copiloto, Jayden ya está listo para hablar así que me mira esperando que cierre la puerta, lo hago bajo su atenta mirada.

—Puedes comenzar a hablar —digo jugando con mis dedos.

—¿Estás segura de que quieres que hablemos aquí?

—Jayden...

—Por favor, luego te llevaré a tu apartamento si así lo quieres, pero no puedo estar tranquilo sabiendo que estas completamente mojada y te puedes enfermar —el comentario hace que mi pecho se caliente, pero no puedo permitirme que él se dé cuenta, así que asiento sin mirarlo.

—Bien.

Pone el auto en marcha y me encargo de tomar mi móvil para escribir un mensaje a mi amigo.

Heather: Iré al apartamento de Jayden, tengo que hablar con él.

Agus: Bien, llámame cualquier cosa.

Heather: Bien.

Cuando alzo mi vista ya estamos estacionados fuera del cual que era nuestro destino, así que ambos bajamos del auto. No tardamos en entrar y subir el ascensor esperando llegar lo más rápido posible a su piso.

Ninguno dice nada, pero sé que él tanto como yo me mira de reojo, no puedo evitarlo. El jodido perfume masculino que desprende y su presencia en si es completamente abrumadora.

Cuando las puertas se abren no tardo ni un segundo en salir rápidamente, el rubio se toma su tiempo mientras me mira y pone el código para entrar.

—Bien ahora sí, habla —me mira mientras niega.

—Primero te cambiarás de ropa.

—Jayden...

—Castaña, hazme caso. Lo estoy haciendo porque te quiero cuidar

—No tengo ropa con la que cambiarme.

—¿Desde cuándo ha sido un problema usar la mía?

Caminamos juntos a su habitación y no puedo evitar dibujar una mueca en mis labios al ver la cama completamente desordenada.

¿Acaso ha follado con alguien más aquí?

No es mi problema, es su casa y él puede hacer lo que quiera aquí, no sé porque me preocupa..., pero tampoco quiero hacerme sufrir a mí misma así que doy media vuelta y antes de salir de la habitación hablo.

—Te espero en la sala.

—Heather no es lo que piensas.

—No es mi problema —murmuro dándole una pequeña sonrisa incomoda antes de salir a toda velocidad de ahí.

Jayden Harris

Paso mis manos por mi rostro intentando no ir tras de ella y centrándome en sacar una camiseta para que se ponga mi castaña.

Soy un jodido imbécil.

Lo peor es que ella piensa que he traído a alguien más aquí, lo sé por como miro la cama y frunció sus labios, pero es claro que no. Jamás he traído a nadie más aquí además de ella, tampoco pienso hacerlo.

Tomo mi camiseta y un bóxer para salir a toda velocidad, la encuentro parada de espaldas, mirando hacia la ventana aun con la ropa mojada por la lluvia cubriendo su cuerpo, su cabello castaño cae por su espalda de manera desordenada, la lluvia ha hecho que se vea más oscuro, pero su imagen en la ventana, es una imagen digna de admirar. Su cabeza gira mirándome y no puedo evitar fijarme en sus ojos y nariz roja.

¿Estuvo llorando?

—Castaña...

—Gracias —murmura tomando la camiseta que le extiendo— ¿Puedo pasar al cuarto de baño para vestirme? —pregunta evitando mi mirada ¿Desde cuándo lo hace?

La he jodido en grande, y ahora lo puedo notar de la peor manera, con la indiferencia y distancia de Heather.

—Claro, puedes ir a mi habitación.

—No te preocupes, en el de aquí está bien —señala la puerta del baño para invitados.

Suspiro sin saber que decir, así que camina y no tarda en perderse en la puerta del lugar.

Camino por el espacio pensando en cómo decirle las cosas, no quiero empeorar las cosas, esto no es una maldita historia cliché donde no puedo expresar mis sentimientos por mis traumas, no es así o al menos no quiero que sea así con ella.

Me siento ridículo al saber que, siendo un jodido adulto de veintiséis años, busqué la forma más ridícula e inútil para saber si ella también siente aunque sea algo por mí. Me siento enojado conmigo mismo por haberle hecho eso a Heather.

Detengo mis pasos cuando la castaña sale del baño con la camiseta cubriendo su cuerpo hasta sus muslos, me siento fatal al ver que pasa por mi lado evitando mi mirada.

—Por favor comienza a hablar —pide sentándose en el sillón.

—Yo no sé cómo te tomarás esto y desde ya te digo que realmente lo siento y comprendo si estás enojada conmigo...

—Jayden, solo dime que pasó. Las disculpas están de más.

Bien, no sé si estoy preparado para que me mande a la mierda y quizás me saque de su vida. 

Quizás algún díaWhere stories live. Discover now