6 de noviembre, 2038. Comisaría del Departamento de Policía de la Ciudad de Detroit. 9:59 a.m.
Una montaña de casos se acumulaba en tu mesa. Divergencia. No paraban de salir aquellos tipos de casos, la divergencia se estaba propagando como un virus.
Y no estabas segura si eso era algo bueno o no lo era.
Tu cabeza estaba tan centrada en la pantalla encendida de tu ordenador que no oíste llegar a alguien en concreto.
— Buenos días, subteniente. — La voz de Connor te sacó completamente del agobio que llevabas aquella mañana.
— Connor. — Dijiste al girarte. — ¿Qué haces aquí?
— Me han mandado a buscarlos al teniente Anderson y a usted. — Dijo, con un aura tranquila. — ¿Sabe a qué hora suele llegar el teniente?
Antes de poder contestarle, un compañero de una mesa cercana habló.
— Pues depende de dónde estuvo la noche anterior... — Constató. — Con suerte lo veremos antes del mediodía.
— Gracias. — Le contestó Connor cortésmente.
— Oye, no hables así de mi tío. — Reñiste al agente, con gracia en tu orden. Este solo sonrió, levantando sus brazos en señal de rendición, y volvió a su trabajo.
Connor entendió que hasta que Hank no llegara no podría acudir a la reunión que teníais con Fowler. Eso se iba a poner feo en cuanto tu tío apareciera, lo sabías bien.
— Siéntate aquí. No creo que tarde mucho más en llegar. — Le ofreciste una silla a Connor, cerca de la tuya. Sabías que no necesitaba sentarse, pero así, se vería más humano.
Este asintió acercándose a la silla. Se sentó en ella con cuidado. Tenía sus piernas juntas y las manos entrelazadas. Parecía un niño pequeño esperando a sus padres para que fueran a recogerlo de la guardería.
Tierno.
Al ser esas horas, y sabiendo que no habías comido nada, decidiste ir a por un café. Parecía que, en vez de sangre, fuera la cafeína la que corría por tus venas.
— Voy a por un café. Siéntete cómodo. — Le dijiste. No sabías todavía si un androide podía sentirse cómodo, pero lo viste sonreír levemente ante tu comentario.
Un minuto y medio fue suficiente para conseguir aquel café que tanto anhelabas. Y agradeciste internamente que Gavin no te interrumpiera mientras ibas a por aquella dosis de café, pues parecía que pasaba mucho más tiempo en la cafetería que en su propia mesa.
— ¿Al teniente le gusta el dark heavy metal? — Preguntó el androide nada más te vio aparecer.
— ¿Te sorprende? — Reíste. — Aunque, es cierto, con ese pelo parece más un tipo que escucha jazz... Tendrías que haberlo visto en su época dorada. — Sonreíste mientras ponías todo tu peso en tu silla, frente a tu mesa, recordando como era tu tío cuando eras pequeña.
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Inestabilidad ⨾ Connor
FanfictionDetroit, distrito de Michigan, Estados Unidos. Año 2038. Los casos de divergencia se propagaban sobre los androides como si fuera una especie de virus. Tú, Enith Anderson, una subteniente con experiencia. Y tu compañero, - y tío - Hank Anderson, ser...