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6 de noviembre, 2038

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6 de noviembre, 2038. Edificio de viejos pisos de Detroit. 15:44 p.m.

¡Eh, Connor! — Hank llamó al androide. Los dos os encontrábais fuera del ascensor, pero el mencionado seguía ahí dentro, con los ojos cerrados y su LED en amarillo. — ¿Te has quedado sin batería?

— Perdonen, estaba haciendo un informe para CyberLife.

— Ah... Bueno, ¿y piensas quedarte en el ascensor?

— No. Voy para allá. — Su voz sonaba tan calmada como de costumbre.

Empezaste a caminar, con tu tío siguiéndote los talones, y Connor de lejos.

— ¿Qué sabemos de este tío? — Preguntó Hank.

— No mucho. Solo que un vecino dijo que oyó ruidos extraños que venían de este piso. — El mayor gruñó. — Se supone que nadie vive aquí, pero el vecino dijo que vio a un hombre con un LED bajo la gorra. — Viste como el androide se agachaba a un montón de plumas que parecían ser de paloma.

— ¡Ay, Dios! Si tenemos que investigar cada vez que alguien oye un ruido extraño, necesitaremos más personal. — Hank se apoyó en la pared, al lado del marco de la puerta.

— Te concedo los honores. — Le dijiste a Connor, invitándolo a llamar a la puerta. El androide te asintió y llamó levemente.

— ¿De verdad estabas haciendo un informe en el ascensor? — Preguntó Hank con cierta curiosidad, algo que te causó gracia.

— Correcto. — Ambos estabais sorprendidos.

— Ya podría hacerlos yo.

— Oye, te recuerdo que siempre soy yo la que acaba redactando los informes. — Le dijiste a tu tío. Y él se limitó a sonreír.

Connor volvió a llamar a la puerta, más fuerte esta vez, al ver que no salía nadie a abriros.

— ¿Hay alguien en casa? — Hank frunció el ceño. — ¡Abran! ¡Policía de Detroit! — Un estruendo se oyó al otro lado de la puerta. Tanto Hank como tú os pusisteis alerta a la vez.

— Detrás de mí.

— No. — Le negaste la acción. Antes de reprocharte nada, volviste a hablar. — Déjame a mí, hace tiempo que no hago esto. Por tu culpa he estado encerrada en la comisaría hasta arriba de papeleo. — Te quejaste a Hank y, al ver que tenías razón, te cedió el poder de ir primero. Connor parecía no estar de acuerdo, pero no objetó nada, solo se puso detrás vuestro.

Ambos sacasteis las armas. Con una patada sonora, abriste la puerta del apartamento.

Hank y tú pasasteis primero, abriendo todas las puertas de la desgastada y vieja vivienda. Parecía que se caería a pedazos en cualquier momento. Y el androide se limitó a seguiros de lejos.

Inestabilidad ⨾ ConnorWhere stories live. Discover now