14 de enero, 2039. Casa de Hank. 09:18.
─ Ese animal sabe cuidarse sólo. ─ Connor salió de su trance, mientras seguía sentado en el sofá. ─ Los transportistas llegarán pronto, En. ─ Oyó a Hank hablar contigo, atento a vuestra conversación.
─ Connor te ayudará, yo tengo que ir a mi casa.
─ ¿Por qué no la vendes, eh? Esta casa es suficiente para los tres.
─ Tengo una vida, tío Hank. Y me gustaría retomarla en algún momento.
─ Ya... ─ El mayor suspiró, dejando salir toda su decepción. Una parte de él deseaba que te quedaras viviendo con él para siempre, como desean casi todos los padres. ─ Pues venga, ve.
─ Buenos días. ─ Habló Connor, decidiendo que era el mejor momento para cortar la conversación anterior. ─ ¿Vas a salir?
─ Sí... ─ Respondiste. ─ Deben llegar las cosas para la nueva habitación, así que, quédate con Hank.
El mayor suspiró y se dirigió al salón, dejando que siguierais hablando en la cocina.
─ Te acompaño.
─ Quiero ir sola... No te molestes.
Saliste rápido de la casa, despidiéndote de ambos con prisas.
Todo estaba ocurriendo como hacía unos años; aquello que ya habías vivido antes. Tener una relación con alguien a quien quieres y, por culpa de tus miedos, verla peligrar. Solo porque no sabías cómo debías hacer las cosas.
Keny era culpable de haberte hecho una persona más cerrada, insegura... Había hecho de ti una persona que no es capaz de ver que se merece algo bueno en la vida.
Pensabas en ello mientras llegabas en moto a tu casa.
¿Debías dejar ir a Connor? ¿Debías evitar dañarlo, antes de que fuera tarde? Lo querías, de eso no había duda. Pero estabas rota, y quizá jamás lo arreglarías.
Bajaste de la moto después de apagarla y te dirigiste al interior de tu piso.
Hacía días que no pasabas por allí, últimamente, solo lo hacías para darle de comer a tu gato y volver a casa de tu tío.
Había una parte de todo aquello que no terminaba de gustarte, joder, al fin y al cabo, estabas renunciando a toda la vida que habías construido para poder lograr que Connor viviera en paz.
No debían hacerle daño. Merecía ser libre y tener justicia y equidad, al igual que todo su pueblo.
Te sentaste en el sofá y, a los segundos, llegó Castiel para posarse en tus piernas. Mientras lo acariciabas, pensaste en todo lo que había ocurrido en esos últimos meses;
Conociste a Connor, investigaste la divergencia, hablaste por primera vez en mucho tiempo con Keny, te peleaste y te reconciliaste con Gavin, te ascendieron a Teniente, te enamoraste de Connor... Y hablaste con él de tus padres, un tema tabú para ti.
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Inestabilidad ⨾ Connor
FanfictionDetroit, distrito de Michigan, Estados Unidos. Año 2038. Los casos de divergencia se propagaban sobre los androides como si fuera una especie de virus. Tú, Enith Anderson, una subteniente con experiencia. Y tu compañero, - y tío - Hank Anderson, ser...