IV; Charla.

620 69 21
                                    

6 de noviembre, 2038

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

6 de noviembre, 2038. Calles de Detroit, "Chicken Feed". 15:02 p.m.

¿Otra vez el Chicken Feed? — Preguntaste desde el asiento del copiloto.

— ¿Qué tiene de malo, hija? — El tono de Hank se había relajado de sobremanera. Te alegraba que no estuviera pegando gritos ahora.

— Sabes la cantidad de denuncias por sanidad que ha recibido.

— De algo habrá que morir. — Sonrió.

— Preferiría morir de cualquier otra cosa que no fuera por un idiota ambulante que vende alitas y sándwiches de pollo asesinos. — Hank soltó una carcajada corta.

— Igualita a tu padre. — Ambos sonreísteis con melancolía.

Tu padre, Malvai, era la viva imagen de la responsabilidad. Siempre era él el que tenía que proteger a su hermano mayor, Hank, de todo lo que hiciera. Y Hank, bueno, digamos que era mucho más despreocupado, arriesgado y lanzado.

¿Cómo dos personas tan contrarias podían ser hermanos y podían haber llegado juntos a ser policías? Fácil, tu abuelo era la razón. Ambos quisieron seguir sus pasos, a pesar de que Hank viviera de una manera tan contraria a la de ser un poli responsable.

Malvai murió hace casi cuatro años, lo perdiste antes de lo que te hubiera gustado. Pero, la verdad, es que el que te crió en realidad fue Hank. Tu padre trabajaba siempre, y tu madre os abandonó nada más naciste.

Has estado sola con tu tío Hank toda la vida, era tu padre. Para tí sí lo era. No culpabas a Malvai por no haber estado cuando diste tu primer paso, o en tu primer día de colegio, o cuando escribiste tu primera frase. Cuando tuviste novio por primera vez, cuando te apuntaste a un concurso de escritura y ganaste, o cuando bailabas ballet delante de los padres y el único que acudía era Hank, más emocionado siempre que cualquier otro padre.

Sabías que tu padre lo estaba pasando mal de mil maneras posibles. Él también perdió a su padre, y su mujer lo dejó, sólo contigo. No son excusas, y lo sabías. Pero se disculpó antes de morir y, a pesar de todo, lo perdonaste, pues tu referencia paterna siempre lo fue Hank.

— Tío Hank. — Él giró su cabeza después de aparcar el coche delante del puesto ambulante que tanto le gustaba. — No me gusta estar molesta contigo. — Él sonrió sin felicidad, solo era una manera de empatizar contigo.

— A mí tampoco me gusta, En. — Hank era la única persona que podía llamarte así, en esos momentos de tu vida. No se lo habías permitido a nadie más actualmente. — Consúltame más las cosas cuándo vayas a tomar una decisión influyente, ¿sí? — Asentiste levemente.

— Ahora ya está hecho, y habrá que acostumbrarse. — Te giraste para miralo, después de mirar a Connor a través del retrovisor. Él estaba sentado en la parte trasera simulando no escuchar, aunque sabías perfectamente que lo estaba escuchando todo con detalle. — Vamos a resolver todo esto.

Inestabilidad ⨾ ConnorWhere stories live. Discover now