6. ➖ La música➖

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Adrien 

Decidí que era tiempo de avanzar, se lo dije a Harald y él aceptó con la condición de protegerme, cuidarme y defenderme. Yo acepté, porque yo estaba pensando en hacer lo mismo con él, cuidarlo, protegerlo y defenderlo. Poco a poco las cosas fueron cambiando en el palacio de Buckingham, algunas para bien, otras para mal. Pero las cosas malas aún no las sabía, aun no me había dado cuenta de ellas. De igual forma, solo seguí con lo que me había propuesto, seguir adelante.

Desde un inicio supe que iba a hacer difícil la parte de seguir adelante porque era esa parte donde tenías que volver a retomar tu vida, esa vida donde esta siendo controlada por una manager, resguardado por un guardaespaldas, fotografiado por cámaras, interrogado por la prensa y encerrado en alguna parte de mi mundo siendo feliz con la música. Lo difícil no solo era volver a retomar todo eso, si no que ahora sería el triple, porque ahora era tendencia en todas partes, en especial en España, porque era ese mi país natal. Aparte que también lo soy en Inglaterra, aunque Harald este destacando aún más en este otro país.

Le dije que no me regresara mi teléfono, porque creí que no era tiempo aún de llenarme sobre cada rumor inventado por alguna persona. Le dije que le iba a ayudar no sabiendo como hacerlo, porque no soy bueno con el papeleo y tampoco con lo que hace la realeza, pero le dije que aprendería y Harald me dijo que me apoyaría, aunque los dos sabemos que él no quiere que me involucre de ese lado, pero aceptó, porque tarde o temprano, estaré involucrado con la realeza, más de lo que ya estoy ahora.

Con respecto a mi carrera, aún no he decidido como avanzar, esta parte no la he comentado aún. Gloria me dijo que podía tomarme el tiempo que quiera, la disquera estuvo de acuerdo. Lo que me preocupa un poco son los premios y la presentación en este mismo. 

—Le tengo una sorpresa, señor trabajador.—

Harald entraba a su despacho, me dijo que iría a por merienda, yo me quedé haciendo... nada, porque él me decía que hacer, y sin él no sabía por cual papel iniciar. Así que me quedé dibujando en su sofá.

—¡Genial, descanso!—

Lo sé, no hice nada, pero el descanso no me vendría mal. Últimamente me siento más cansado, mi cuerpo se agota muy fácilmente, tal vez sea porque dejé el ejercicio aún lado.

Harald rio y llegó hasta donde estaba sentándose al lado mío. Recosté mi cabeza en su regazo y estiré mis piernas del otro lado del sofá.

—¿Un descanso luego de dibujar?.— me sonrió mientras sobaba mi cabeza jugando con mi pelo rizado y un poco desordenado.

—Dibujar es muy agotador.—

—¿Ah, sí? ¿Puedo ver ese trabajo súper agotador?.—

—Siempre eres tú en mis dibujos, ¿quieres verte de nuevo?.— tomé mi cuaderno.

—Yo siempre querré ver esos dibujos.—

Le entregué la libreta. Era él, como siempre, pero esta vez vestido con ese típico traje de realeza lleno de accesorios de oro, tela de alta costura de color blanco con muchos broches que daban a entender todos los logros que ha hecho hasta ahora junto con el broche de heredero al trono. Solo lo había visto así dos veces. Una, en su coronación como príncipe oficial y dos, cuando le dieron el titulo heredero al trono. Dos fechas muy importantes, en las dos estuve yo y en las dos yo ya estaba enamorado de él, pero eso no lo sabía, o al menos no lo entendía.

—¿Sabes en qué fecha volveré a utilizar este tipo de uniforme?.—

Harald lo llamaba uniforme, a él no mucho le gustaba, dice que llamaba mucho la atención. Yo le decía que él siempre llama la atención solo por ser él.

Los dos Príncipes. [part 2]Where stories live. Discover now