Los dos Príncipes. [part 2]

34.➖Fin➖

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Narrador omnisciente

Espera siempre lo inesperado. Vive como si fuera el último día de tu vida, sueña a lo grande, imagina cosas irreales, y sé una de esas personas que siempre andan en busca de lo inesperado.

¿Un matrimonio entre el rey de Inglaterra y el cantante famoso de España?

¿Eso es posible? Pues sí. No fue imposible, los contratiempos estuvieron, y los obstáculos fueron enormes, pero aquí estaban, en un matrimonio frente a miles de personas.

Todo empezó por una simple amistad de unos niños descubriendo los secretos de la vida, luego unos adolescentes descubriendo lo que era el amor, y por último, unos adultos queriendo ir más allá de unas reglas escritas en piedra.

Las reglas que la propia sociedad había creado para el mundo, unas reglas que les prohibió muchas cosas.

Y, aun así, decidieron romperlas, queriendo que esas reglas absurdas desaparecieran.

—¡Estoy listo!

Adrien gritó dentro del closet mientras terminaba de ponerse su abrigo, ya que la lluvia había empezado desde hace unas cuantas semanas.

Harald estaba nervioso, no emocionado como Adrien, estaba inquieto. Lleva una semana sin poder dormir bien, suele despertar a media noche esperando a retomar su sueño, pero no lo logra, y se queda despierto en las próximas horas. No se siente cansado, en realidad, está bien físicamente, pero mentalmente no lo está, ya que su preocupación ha aparecido tantas veces que llega a un punto en el que se siente mareado.

Tomó sus pastillas, hoy sería el último día en el que se sentiría así.

Miró a Adrien entrar a la habitación ya listo para ir a su estudio donde subirán su segundo álbum en todas las plataformas disponible. Adrien había alcanzado tantos récords en solo dos días sin haber subido ni una sola canción, millones de personas esperando a que al fin se suban a las plataformas para ser escuchadas, lo apoyan desde este momento, en el que faltan cinco horas para que eso suceda.

Harald se sentía orgulloso de él. Lograr algo tan grande sin siquiera haberlo subido, demostraba que Adrien había logrado más de lo que había esperado de pequeño.

Porque antes, el sueño del pequeño Adrien era componerle una canción a Harald. Jamás pensó que millones de personas también quisieran escucharla.

Y Harald estaba feliz, pero no sentía esa felicidad que deseaba haber tenido en ese momento.

—Lo siento, no podré acompañarte.

Adrien lo miró confundido, porque básicamente habían estado hablando de este día por muchas horas, y pensaba que a Harald también le emocionaba, ya que Harald suele ser el fan número uno de Adrien, pero al parecer, este no estaba siendo el caso, al menos no para los ojos del antes mencionado.

—¿Por qué?

Era un momento importante. Harald se estaba odiando por haberlo hecho en este día. Pero no tenía otra opción, porque si la hubiera tenido, estaba seguro que esa hubiera elegido.

—Sabes por qué.

Adrien se sentía un poco decepcionado, pero muy en el fondo, sabía que Harald decía la verdad, tenía algo importante que hacer, y si lo decía Harald, era de verdad más importante que el logro de Adrien.

—Está bien, no pasa nada...

A Harald le había dolido y estaba reteniendo con todas sus fuerzas las ganas de sacar alguna sola lagrima.