21.➖ Conflicto ➖

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Adrien

Me preguntaba si algún día podría sentir esa paz de la que todos hablaban. Cada día se me hacía más difícil pensar en el que esa tranquilidad llegara a mi cuerpo, siempre pensaba en el futuro, lo que pasaría, lo que pasará y lo que siempre estaba sin importar que tan grande sea el cambio, eso siempre tendría que pasar. Cada día que pasaba era más difícil aceptar en que algún momento yo solo podría despertar, sonreír y respirar. Esa tranquilidad de saber que en algún momento pudiera ser feliz. Pero cuando miraba lo que pasaba a mi alrededor, cuando yo tomaba la mano de ese otro chico, esa tranquilidad, ese deseo de sentir esa paz... estaba cada vez más lejos de mí. De nosotros.

Yo mismo decidí meterme a este otro lado del mundo. Uno donde te llueven críticas por vestir mal, por tu cuerpo, por tus "imperfecciones", por no ser el chico perfecto del que todos esperaban, por tus errores, por no cumplir con sus expectativas de ser el perfecto rey que todos querían y, el que más me había dolido, por amar a alguien. Porque eso es lo que era, amaba a alguien y a las personas no les gustaba ese alguien, porque eso no era normal.

Y entonces decaí tantas veces, fueron incontables las veces en las que lo único que quería era desaparecer, jamás levantarme, solo desaparecer y esconderme en alguna isla lejos de las redes, de las personas, de sus expectativas. Hubo momentos en los que pensaba que lo que mi corazón anhelaba, jamás pasaría, era algo imposible, algo inimaginable, inexistente. Y si pasaba, estoy seguro que jamás hubiera sido conmigo, no en mi vida, tal vez en la de él con otra persona, una chica más que todo, pero en la mía, en la mía jamás.

Desde siempre he tenido problemas con lo de trabajar bajo presión, sentirme presionado con lo que debo y no debo hacer, tal vez porque jamás me he sentido así y la idea de sentirlo en algún momento me aterraba, tal vez por eso mis ganas de escapar a una isla estaba siempre en mi cabeza cuando me alejaban de él, o tal vez por eso le dije a Harald que no quería esconderme de los demás cuando sabía que nuestro amor era mutuo, la idea de escondernos y sentir de nuevo esa presión de que estábamos haciendo algo mal estaría constantemente en mi cabeza, de que estábamos rompiendo esa regla y entonces solo le dije que no podría volver a sentir eso, porque era algo que me aterraba y... y... antes de desaparecer de Inglaterra por 3 años, mi yo adolescente siempre pensaba en escaparse. Pero y es que siempre había algo que me detenía a la hora de querer escapar, había algo que me susurraba todas las noches y me repetía que todo estaría bien, y no era ese algo, era ese alguien. A pesar de ser él el que siempre estaba en problemas por esas reglas escritas en piedra, a pesar de que su vida estuviera limitada a tantas cosas, a pesar de que su trabajo lo consumiera, él estaba ahí, para mí y solo para mí, haciéndome ver que todo lo malo pasaría y en algún momento la paz que anhelábamos la sentiríamos todo el tiempo, porque la tranquilidad ya estaba en nosotros cuando estábamos juntos, entonces desde ahí ya no vi tan lejano la idea de que algún día sentiría esa paz de la que todos hablan.

Y la sentía ahora mismo. Hoy estaba más fuerte que nunca.

Sentí unos suaves toques humectantes por detrás de mi cuello desnudo. Ese agradable sonido de sus labios contra mi piel, su aroma en las mañanas, sus brazos rodeando mi cuerpo haciendo que la distancia entre nosotros desapareciera.

Buenos días.— me susurró contra mi oreja.

Sonreí. Y estas eran mis mañanas. Estás serían mis mañanas durante mucho, mucho tiempo. Tranquilidad, si había mucha tranquilidad.

De nuevo sus toques húmedos estaban detrás de mi cuello, su respiración también chochaba contra mi piel.

¿Tú no tenías que trabajar?—  le pregunté sin abrir mis ojos, porque sus toques se sentían muy bien estando de esa manera.

Los dos Príncipes. [part 2]Where stories live. Discover now