14.➖Rayos y color azul➖

2.6K 184 106
                                    

✦ ˚ * ✦ * ˚ ✦ ˚ * ✦ * ˚ ✦ ˚ * ✦ * ˚ ✦
Adrien

La primera vez que subí a un escenario fue... terroríficamente emocionante. Tenía doce o diez años, era un concurso por parte de la escuela y... yo gané. No sé como explicarlo, habían dos sentimientos zumbando por mi cabeza. Estaba la parte donde lo único que decía era: sube. hazlo. Por esto has estado trabajando. Es hora. No te rindas. Y era todo muy emocionante. La picazón en mi cuerpo me daba aliento y seguridad, mi guitarra no se quedaba atrás, siempre a la par mía repitiéndome lo mismo que mi cabeza decía.

Mi cuerpo temblaba. Por supuesto que temblaba. Pero a veces sólo lo ignoraba o al menos trataba de que ese temblor no afectase el movimiento de las cuerdas, o el de mi voz.

Pero luego estaba el miedo. La presión por hacerlo perfecto. El saber que si no lo hacía bien probablemente sería de quien todo el mundo estuviera hablando y mi carrera sólo iría abajo. Miles de personas esperando a que hiciera algo encima de un escenario con un micrófono enfrente, con una guitarra en mi pecho, y una banda esperando mi señal. Todo era yo. Y yo.

Cerraba los ojos. Y pensaba en él.

Me odiaba por pensar en él. No saben el dolor que me causaba en el corazón cada vez que recordaba sus ojos y sus estúpidas palabras. Porque antes me habían parecido unas estúpidas palabras. Aunque esas palabras sólo sean algo repetido de alguien que le estaba obligando a decirlas.

Pero sino pensaba en él, no podía cantar como yo quería cantar. Las canciones no se sentían igual si yo no pensaba en él. Porque todas hablaban de él y no podía pensar en otra cosa que no fuera...

Harald.
Todo el tiempo.
Harald.

Inhalaba. Exhalaba. Harald. Inhalada. Exhalaba. Harald

Y me odiaba. Ahora lo amo. Pero sólo pensar en él no se me es suficiente cuando sé que puedo estar junto a él.

Le entregué una servilleta a Eira despertándola de sus pensamientos más profundos con la chica que ahora le está coqueteando mientras toca alguna canción con la banda.

Límpiate la baba.— le dije mientras me sentaba a su lado y tomaba de mi botella de agua.

Eira empujó la botella de agua hacia arriba haciendo que me empapara la mitad de mi cara.

Y esta es la quinta vez.

Este es el último día de ensayo y ya casi terminamos. Mañana es el gran día y estoy nervioso. Muy nervioso. Estos nervios se intensificaron cuando empezó la cuenta regresiva desde el cinco. Lo siento cada noche, porque mi sueño desaparece. No he dormido bien, sólo unas cuantas horas cada día y listo. Y que Eira esté de mal humor todo el tiempo sólo porque no puede hablarle a la chica, no ayuda.

Si esto hubiera sido café caliente, tú estarías ahora mismo sufriendo como yo.— me sequé mi rostro con un pañuelo.

Tienes que ayudarme, ella está dentro de mi cabeza y está girando con su vestido amarillo mientras canta sobre los girasoles y me está atormentando.— sacudió mis hombros de forma desesperada.

Bienvenida, estás enamorada.

—¡No es eso! Creo que me embrujó.— Eira mordió sus uñas mientras miraba al suelo y pensaba en algo que por supuesto no tenía ni idea.

Suspiré dejando mi botella de agua al lado.

Háblale, y si sientes ganas de vomitar cuando el cosquilleo en tu estómago empiece, estás enamorada.

—¿Y si eso pasa? ¿Tengo que huir del país?

—¿Qué? No, te das la oportunidad de conocerse mutuamente y después, lo que surja.

Los dos Príncipes. [part 2]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum