17.Recuerdos amargos

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Miro la partitura varias veces,no me convence todavía , vuelvo a arrugar el papel.

Llevo así ya más de media hora, escribir mis propias melodías,me pone muy nerviosa.

Pero tengo esa melodía desde hace días en mi mente,y mi abuelo me ha dicho que la ponga sobre un papel ,pero cada vez que intento plasmarla en el papel no sale como a mí me gusta.

—Deja un rato eso mi niña,y ven aquí —me ordena mi abuela que está enfrente de la chimenea.

—Si voy,un momento que ya casi me sale—le digo a mi abuela,pero pasan unos minutos y vuelvo a mirar y sigue sin gustarme,suspiro y me levanto del suelo.

Camino hacia ella,que deja de leer y me indica que me siente sobre sus piernas.

—Vamos a ver qué hacemos con este mar enfurecido—dice con un tono de cansancio.

No sé acostumbra a mi pelo azul,pero a mí me encanta.Logre convencer a mi abuelo hace dos años para poder ponerlo azul,me costó mucho.

Pero sabría que él haría cualquier cosa por cumplir mis deseos,como buscar el mejor producto para que lo tuviera azul y no dañará mi pelo.

A mi abuela a pesar de que ha pasado ya mucho tiempo,todavía regaña al abuelo por cumplrirme mi capricho.

Pero él dice que ella es muy vieja y no nota que yo soy una niña con  mucha vida.

Siempre acaban peleándose para luego se ríen conmigo.

Me encantan que estén siempre conmigo,y ojalá no se vayan pronto de mi vida,a pesar de que tengo 10 años,sé que ellos son mayores y pronto se irán con los ángeles.

Mi abuelo me lo ha dicho algunas veces en nuestras conversaciones,el me está enseñando más sobre el negocio,el dice que yo seré la próxima líder cuando tenga unos años más.

Por mi inteligencia no me cuesta mucho aprender,y me encanta ayudar al negocio cuando él me lo pida.

El aire entra por la ranura de la ventana abierta,y a mí me entra tos,debe ser que mis bronquios se han cerrado por alguna mota en el aire que me hace mal.

Se lo que es, ya que desde muy pequeña me pasa,y siempre llevo un aparatito pero ahora no lo encuentro.

Mi abuela deja el peine ,y busca el suyo.

—Mi niña intenta coger aire por la nariz,ya viene tu abuelo—dice mientras le da al botón rojo de mi pulsera.

Ella me abraza y me da un masaje en el pecho,pero cada vez me cuesta más respirar.

Mi abuelo sale corriendo se su despacho y enseguida se arodilla a mi lado y me pone en la boca el aparatito,un par de veces hasta que me siento un poco mejor.

—Pablo¿donde estan nuestros inaladores?Porque ya no es casualidad que desaparezcan tan a menudo y recuerdo que está mañana en el bolsillo de la chaqueta de Samara le puse uno,y no se le ha podido caer—dice mi abuela mientras intenta relajarme.

—No lo se María,están pasando cosas muy raras los últimos días,lo investigare—le dice a mi abuela y luego me mira a mi con una sonrisa—descansa un poco preciosa,cierra los ojitos un rato—me dice.

No sé cuánto rato ha pasado,me despierto y veo que estoy en mi cama ,seguro que mi abuelo me trajo,miró el reloj y veo que son las 3 de la mañana.

Intento volver a dormir.pero escucho el piano sonando,y sonrió se quien lo toca es mi abuela, pero la melodía es muy triste,y ella no suelo tocar a estas horas,pero de todas maneras bajo las escaleras.

Samara (+21) Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum