48.Teorías

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Me había quedado de espaldas a todos, mirando como amanecía el día por los ventanales del ático.

Veía desde una ventana,como los muñequitos seguían metidos en las camionetas,eran discretos lo que hacían que pasaran desaparecidos para cualquier persona.

Pero no para mí.

Mi Alessandro,tan protector aunque le haya roto el corazón.

Suspiro intentando alejar esos pensamientos de mi cabeza,no me hace bien en este momento volver a pensar en el.

Miro de reojo a todas las personas de las sala calladas y metidas en sus pensamientos después de relatar mi pasado al completo,Malcon sabía algo más, pero debían saber todo lo que había pasado estos meses.

La única parte que me guardo para mí, es el motivo por el cual me escape la última vez.

Mi bebe.

Eso solo se lo he contado a dos personas,mi tío y Alessandro.

Tocó con los dedos en papel que me dio el Boss, les he contado también todo lo que habia hablado con el y el verdadero motivo de toda esta guerra.

Aun no me creo que las personas que más me han echo daño en esta vida,sean padre e hijo.

Niego con la cabeza para mí misma y me apoyo en la ventana sin dejar de mirar la luz del amanecer,desde hacía un rato que había parado de hablar nadie había hablado,todos se habían quedado mudos ante mis palabras.

Es normal que deban asimilarlo,me doy la vuelta lentamente, los veo sentados en el sofá o algunos en el suelo.

Malcon esta apoyado en la pared que se encuentra enfrente mia,sin dejar de mirarme.

Sus ojos muestran orgullo y admiración,pero se que no va a decir nada mas,es un hombre de pocas palabras.

Los había colado por el pasadizo,y ellos se han ocupado de encontrar su sitio en el ático.

Se han acomodado de la forma en la que están cómodos y se sientan agusto.

Me gusta verlos en este espacio a mi lado, apoyándome y dándome fuerzas,además de que  parecen estar felices con este gran ático.

Dejo de mirarlos por un momento,y vuelvo a dirigir mi mirada hacia su líder.

Parte de mi familia había descubierto la verdad por la cual aparecí en Madrid sin nada.

Siento un alivio recorrer mi cuerpo,era algo que quería contarles desde el principio,desde que nos conocimos pero no tenía valor.

Ya que esa valentía y la fuerza mental que tengo ahora se la debo a alguien.

A él.

Miro a los pandilleros que ahora mismo se encuentran inmersos  en sus pensamientos,algunos afilan sus cuchillos o limpian sus armas para mantenerse concentrados pero se que la rabia pronto los pondrá muy mal.

Ellos se pondrán en mi lugar siempre.

Los que tengo delante mia,son los que más me ayudaron en su momento,cuando llegue a Madrid sin nada,me hicieron sentir como si fuera una más,me enseñaron como sobrevivir en las calles,y me hicieron ser una hermana más, Malcon ha sabido elegir a quien traer para sentirme cómoda.

Dirigo mi vista hacia una esquina del sofá,para ver a un chico que me hace sonreír,tiene un mechón de su pelo pelirrojo pintado de un color neón que le hace resaltar.

Y como siempre a su alrededor se encuentran portátiles y más tecnología,es su espacio seguro.

Igual que yo con el piano,es donde nos sentimos nosotros mismos.

Samara (+21) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora