•MEMORIAS DE ANNA 04•

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01 de mayo del 2016

El que Elsa se haya casado había sido un completo error. Eso lo sabía, pero mis padres se negaban a creer en la traición de la platinada, pues desde que ella se había casado, nada de lo planeado les había salido como ellos querían, pues jamás se asociaron con los Frost ni nadie les había enviado dinero. Y eso fue lo que desató la ira de mis padres.

Esa tarde había regresado de ir de comprar cuando mi madre me obligó a arreglarme para ir a la fiesta de cumpleaños de mi hermana y yo, confusa después de haber sido alejados, le hice caso. Utilicé un hermoso vestido y me maquillé para ir junto a mis padres hasta esa dichosa fiesta, curiosa de ver cómo trataban a mi hermana cuando, en plena fiesta, me sorprendí de lo que habían hecho mis padres.

—Está enferma, ¿o qué, Jackson? —mamá sonrió con su cinismo, sus ojos dirigiéndose a los del mencionado—. ¿No te has dado cuenta de esas reacciones tan raras para su edad?, ¿tan inocente como una niña de cuatro años? Apuesto a que pensabas que era normal por su timidez...

—Porque ustedes, malditos perros, la tenían encerrada —gruñó el peliblanco en lo que yo trataba de mantener mi gesto frío e impasible.

"Quiero ir me..."

—Y la razón es por esa —mamá sacó un sobre blanco de su bolso y sus ojos dieron con mi hermana, quien se hallaba tan paralizada como yo—. Es un documento médico que afirma la enfermedad de Elsa.

"¿Qué demonios hicieron?" pensé viendo como Elsa salía corriendo tras no soportar la obvia humillación de mis padres y, por ende, mía también, pese a no estar enterada de esto.

A mi mente vino la ocasión en que me vengué de Blanca luego de lo que me hizo pasar en mi primer beso, y no pude evitar preguntarme si me vi así de inhumana como se veían mis padres en ese momento. Tan... desagradables que me daban ganas de vomitar...

La amargura que sentí en ese momento, me hizo casi reír. Si ellos son asquerosos, pues yo lo era también, o Blanca no habría sufrido esa humillación social que causé, ni Aurora (mi posible única verdadera amiga) habría dejado de hablarme luego de yo haberle dicho unas cuantas palabras sobre lo harta que me tenía antes de haberme cambiado de escuela.

Realmente... soy un asco.

Ese día, luego de que mi madre soltara una carcajada, los Frost lograron echarnos sólo para darnos a entender que no volveríamos a saber de ellos. Eso hizo que mi pecho se volviera a oprimir debido al no saber qué hacer... "Elsa..., ¿es que ya no te veré nunca más, peste?"

—Saldré esta noche —informé mientras íbamos en el vehículo.

—Sí, sí —respondió papá sin quitar los ojos de la calle, pues era quien manejaba—. No llegues tarde.

Me bajé en la avenida cerca de una discoteca, donde estuve toda la noche emborrachándome y bailando con un hombre de lo más guapo. Un hombre que había sido lo bastante amable como para no asquearme, así que le acepté un baile, y a ese baile le siguió otro y otro hasta que ya no recuerdo qué más pasó.

Sólo sé que, a la mañana siguiente, me encontraba desnuda en la cama junto al hombre que me miraba con una sonrisita.

—¡¿Y tú quién diablos eres?! —me exalté, cubriéndome con las sábanas a la vez que me apartaba lo más rápido que podía de él.

Demonios. No es que crea en el karma, pero de seguro Blanca me deseó que lo que le hice me sucediera a mí, ¿cómo diablos llegamos hasta aquí?

El hombre me observó sorprendido por mi fatal reacción y se incorporó en la cama dejándome ver lo realmente fuerte que era.

Flechazo de amor |Jelsa| |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora