|1. E l s a|

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Primero que nada, yo no sé como son las bodas. Bueno sí, pero las palabras que siempre se dicen para casarse se me olvidan en su mayoría...
Asi que las palabras las estaré inventando. Gracias por su atención.

Por cierto, no aguanté. Les dije que no pondría fecha.

Soundtrack 1: Mientes - Camila

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Que miedo...

Escucho las palabras del Padre Damián, sin embargo, no entiendo ni una de ellas.
La iglesia es grande y está repleta de invitados de parte de mi familia como la de la familia del que está a punto de ser mi esposo. Estoy muy asustada, ¿cómo será mi vida de hoy en adelante?

El vestido que llevo es precioso, lo admito, me deja la mitad de la espalda descubierta y es de estilo sirena como muchos dicen. Miro con disimulo a las personas, Anna rueda los ojos mientras que mamá atentamente observa los gestos de la familia Frost; papá es el único que pone atención a mis palabras, viendome con cierta amenaza en sus ojos para que diga las palabras correctas.

Yo no quiero esto...

Luego está él. Jackson Frost, el que está a punto de ser mi marido. Su gesto es serio, gélido como el hielo, fingiendo tomar atención a lo que el padre dice. Es obvio que no le interesa esta boda, su boda...

—Elsa Arendelle —llevé mi mirada hacia el señor que nos está casando—, ¿acepta usted a Jackson Frost como su legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, entre la salud y la enfermedad, la pobreza y la riqueza, hasta que la muerte los separe?

No.

—A-A... —trago saliva con dificultad— acepto...

Noté como el hombre que está a mi lado tomó un respiro con molestia. Yo sé que no le caigo bien, pero no entiendo porqué si jamás le he hecho nada. Y el matrimonio no ha sido mi idea como para que esté así conmigo.

—Jackson Frost —ahora se dirigía al peliblanco de a mi lado—, ¿acepta usted a Elsa Arendelle como su legítima esposa, para amarla y respetarla, entre la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza, hasta que la muerte los separe?

—Acepto —esa frialdad con la que respondió llegó hasta a intimidarme.

¿Y si no es un buen hombre?

—Por el poder que me concede Dios, yo los declaro marido y mujer —miró a Jackson con una pequeña sonrisa—. Puede besar a la novia.

Ay, no...

Ni sonrió. Ni me miró con cariño, como era de esperarse. Miró de reojo a las personas antes de rozarme la comisura de los labios rapidamente, al segundo se oyeron los aplausos.
Ya está hecho, sólo espero poder aguantar.

(...)

La fiesta se realizó en la mansión de los Frost con total elegancia como es común entre los ricachones. Estaba sentada en una de las mesas que arreglaron para nosotros y los invitados, el mantel es de un celeste pastel y el arreglo floral lleno de rosas entre rojas y blancas, muy hermoso para una boda...
Lástima que esta no sea una boda feliz.

—¿Te encuentras bien, Elsa? —levanté la mirada casi con un sobresalto al oír la suave y calmada voz de la Sra. Frost—, ¿por qué estás aquí en vez de estar junto a mi hijo? Ya son marido y mujer, y es su momento, deberían de aprovecharlo.

—Y-Yo no... —estaba nerviosa, bajé la mirada apenadamente— yo no h-hablo mucho con las personas...

—Asi que tus padres tenían razón. Eres tímida, pero eso lo deduje en la fiesta de compromiso —escucharla me hace mirar esos bonitos y calmantes ojos azules—. Me han dicho que eso es producto de que no salías de casa, ¿por qué, querida?

No salía porque no me dejaban.

—Estaba ocupada en casa, señora... —murmuré lo suficiente alto como para que solamente ella escuchara.

—Señora no, jovencita —fruncí levemente el ceño, sonrió con tranquilidad—. Dime Rose.

Asentí con timidez antes de que se disculpara ya que debía de ir a ver si estaba todo en orden. Era tan preocupada por los detalles que me asombraban, ni yo estaba de esa manera obviamente.
Miraba a las personas por si reconocía a alguien, pero nada más conocía a mi hermana, padres junto con mis suegros y a Jackson, quien estaba entre risas conversando con tres hombres más como si nada. Bajé la mirada, tenía ganas de llorar ¿y cómo no?
Todo esto lo hago por el cariño de mis padres, sólo quiero ganarme su cariño y sé que de esta manera lo haría. ¿Por qué? Ni idea, pero así dijeron.

Me levanté un minuto después para buscar el baño, yo no conozco este lugar y me da un poco de vergüenza preguntar. Soy demasiado tímida que tartamudeo al hablar con la gente que no conozco, ¿cómo le haré cuando viva con Jackson?

—¿Te diviertes? —paré en seco al oír la voz del que es mi esposo, su gélida mirada me hacia bajar la cabeza—. ¿Si o no, Elsa?

Di un pequeño brinco, por suerte nadie se había dado cuenta. Negué simplemente, queriendo ya ir me de ahí.
De repente sentí como tomaba mi brazo derecho para llevarme hasta la pista de baile; las letras de las canciones no las entendía mucho, pero su melodía era agradable.
Llevó mis brazos hasta su cuello antes de agarrar mi cintura manteniendo distancia entre sus cuerpos. Lo observé con la timidez que me caracterizaba, estaba con su mandibula apretada mirandome detallamente que me dio vergüenza, ¿acaso tengo algo feo?

—¿A dónde ibas? —preguntó firmemente.

—Y-yo iba a... —me callé, no quería interrumpir esto o podría enojarse, ¿quién sabe?—, no importa.

—Maldición —estuvo susurrando con molestia—. ¿Siempre eres así? ¿tan callada?

—S-sí —contesté, tragando duramente saliva—. No estoy acostumbrada a hablar c-con personas...

—Genial —noté el sarcasmo en su voz, separandose de mi con lentitud—. ¿No me pude casar con una que al menos sirviera para hablar?

—¿D-Disculpa?

—¿D-Disculpa? —imitó mi voz con burla, rio con amargura—. Cállate mejor. Al menos servirás de esposa sumisa... —me miró disgustado, bajé la mirada pero al instante me tomó con firmeza el mentón haciendo que nuestros ojos se encontraran. Estaba furioso— Ni lástima me dan las personas como tu, mosca muerta. Y deja de poner esa cara de ángelito bueno, no vales como actríz porque yo sé para que te casate conmigo y ni loco te lo voy a dar —tragué saliva con miedo—. Más te vale cumplir mis órdenes si no quieres que nada malo te ocurra...

No aguanté más oírlo que me solté para alejarme con rapidez, perdiendome entre los invitados. Tengo la mala suerte de que algunos notaron lo enojado que Jackson estaba...
¿En qué me metí por mis padres?
Me abracé a mi misma cuando llegué al jardín de esta mansión, los invitados son menos que adentro y agradezco eso. Quiero estar sola un momento.

—Creo que le encuentro la razón a mi yerno —cerré los ojos al sentir la voz de mi madre—. Las esposas siempre debemos de hacer lo que nuestros maridos dicen, Elsa, y yo te aconsejo que si no lo quieres enojar debes de hacer lo que él quiera. Y te debes dejar.

—P-Pero yo... —abrí mis ojos, los cuales los sentía con lagrimas aún sin derramar.

—Pero nada —interrumpió con sequedad, sosteniendo elegantemente una copa de vino—. Esta es la vida que nos tocó, y Jackson ahora tiene poder sobre ti asi que te aguantas, ¿oíste?. No quiero quejas de ti, nos prometiste que harías esto y yo no espero recibir malas impresiones como para que arruines nuestra familia.

—Mamá...

—Tranquilizate y vete a retocar el maquillaje —ordenó como si de empleada me tratara, aunque creo que eso soy para ellos—. Siempre bellas y sonrientes ante todos, ¿has entendido?

—Entendido —asentí antes de verla caminar devuelta a la fiesta.

Me abracé nuevamente mirando las estrellas, aquellas que siempre logran acompañarme para que no me sienta sola. Sin embargo, ni ellas logran esta vez hacerme compañía...
Suelto una lágrima, la luna es testigo de todo mi sufrimiento, y yo sólo me pregunto:

¿Valdrá la pena el haberme casado?

Flechazo de amor |Jelsa| |TERMINADA|Where stories live. Discover now