|5. E l s a.|

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Soundtrack 5: My inmortal - Evanescence

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Las lágrimas vuelven a caer al recordar lo sucedido. No me quieren...
Los recuerdos de cuando llegué a donde antes vivía seguían, y tan sólo porque iba sola no me quisieron ahí. Me echaron.
Ellos querían a Jackson, no a mi.
Me sentí tan humillada, una basura. Más basura de la que me he sentido durante toda mi vida. A veces me pregunto: ¿qué hice para ganarme el odio de mis padres y las crueles burlas de mi hermana?.
¿

Tan mala fui en un pasado? Porque yo no lo recuerdo. Tan sólo el limpiar, planchar, lavar... ¡todo para ellos!

Me limpio una de las lágrimas, tan sólo quiero un poquito de cariño. Que alguien me abrace y me diga que soy lo más importante para su vida, soñar no es malo..., ¿cierto?

Entonces Jackson llegó para gritonearme. Es obvio que él me detesta, lo que no entiendo es el porqué. Intento obedecerlo, callarme cuando me lo ordena, contestar esas preguntas firmes; eso..., obedecerlo más que nada. ¿Está mal querer llevarse bien con tu marido?
Cuando se fue me sorprendió. Había jurado que acabaría conmigo aquella noche, pero se había ido.
Esa noche no dormí bien, ni él entró a la habitación. Dormir sola ya era una costumbre para mi, y lo prefería que escuchar nuevamente la frase de su parte que me hirió la primera noche que compartí cama a su lado.

A la mañana siguiente, Jackson no estaba. Según Sarah se había ido a trabajar, era lo mejor a que estuviera aquí gritoneándome. Ayudé a esa mujer a limpiar, se sorprendía cada vez que pasaba a su lado con la escoba o un trapo con la cubeta de agua. ¿Acaso no sabía que yo podía hacerlo por mi misma?

—Señora Elsa, ¿por qué no va a relajarse? —me decía mirándome con sus ojos verdes, deteniendome suavemente—. Yo puedo hacerlo, es mi trabajo.

Por más que le dije en estos días, sigue llamándome señora...

—¿L-Le molesta que le ayude? —pregunté—, porque a mi no. Me gusta ayudar, además, usted me dijo que es mi casa y yo debo cuidarla.

Una pequeña sonrisa surgió en su rostro, algo que me enrojeció. No era  la típica sonrisa que mi madre o Anna me mostraban —porque papá jamás me sonrió, tan sólo a mi hermana—, una cruel o irónica. Esta era más dulce, suave, algo que hizo que se me formara un nudo en la garganta y unas ganas de abrazarla me entraran.

—Usted es muy buena —me tomó de las manos, dandoles un ligero apretón que no me molestó—; mi niño Jack debería darse cuenta.

—É-Él no me quiere —susurré, encogiendome de hombros—, y esta bien. Yo quizá no soy lo que buscaba...

—Créame, usted es alguien que él necesita —intentó animarme—. Sólo tenga paciencia con ese gruñón.

Suspiré. Lo que más quería es que nos llevaramos bien.

Un rato después, decidí salir a recorrer la casa. Me gustaba salir al jardín a leer un rato, tenía sólo un par de libros que mi difunta abuela me había regalado. Eran viejos, pero un tesoro.
Escuchaba el sonido de los pájaros, vivíamos en una zona rústica por lo que los árboles hay de sobra. Me senté en la mesita que había de terraza, frente a la piscina, y abrí mi libro: Orgullo y prejuicio.

No podía concentrarme. Aún seguía triste por lo sucedido anoche. Sólo quería que me trataran mejor, que me quisieran...
No tenía hambre. Ni deseos de vivir. ¿Quién querría vivir si no es querida por nadie?
Busqué mi agenda que compré en Hawaii, y escribí lo que sentí anoche. También completé mi tabla de pros y contra que Jackson poseía, o lo que encontré en su persona. Una pequeña sonrisa se me formó al leer lo positivo que él tenía, era alguien maravilloso de no ser por el lado negativo...

Flechazo de amor |Jelsa| |TERMINADA|Where stories live. Discover now