☀️🔸️capítulo XIX🔸️☀️

737 77 7
                                    

Ya había hecho mi mochila. No llevaba mucho, apenas llevaba una linterna, un poco de veneno para los monstruos, y una muda de ropa: un simple pantalón deportivo y una camiseta blanca

Cuando todo estaba listo, me despedí de mis hermanos quienes me abrasaban y deseaban suerte en la peligrosa misión en la que me embarcaría mientras yo les prometía volver sano y salvo

Después de la despedida donde los más pequeños lloraban por que me marchaba a la vez que les prometía volver con grandes anécdotas de como vencía grandes y feroces monstruos (además de vivo) ellos se clamaban un poco

Cambiando de tema y de lugar, yo me encontraba parado en los límites del campamento después de haber recogido veinte dracmas junto a 100 dólares de la tienda del campamento. Me encontraba despidiéndome de mi mejor amiga, que, como todos ya saben es la dulce y cariñosa Silena Beuregard

-cuídate ¿si Nawaki?-me pidió-no quiero perder a mi mejor amigo. ¿Si no quien me seguirá enseñando japonés?-puse

-pero que mujer interesada-hable con falsa indignación-como todas las mujeres buscan algo de nosotros. Después nos desechan como basura-ella arqueo una ceja

-no te hagas la carmelita descalza querido, que tu me consideras tu mejor amiga por que te enseño francés-me dijo mientras se miraba sus uñas perfectamente pintadas de rosa pastel

-¿yo? Yo jamás me aprovecharía de una hija de Afrodita que sabe perfectamente el lenguaje del amor, y que tiene un padre que hace deliciosos chocolates. Si, yo jamás haría tales cosas-ella solo se río. En eso veo como el trío llegaba a nuestra posición

-bueno, amor de mi vida. Nos vemos en unos cuantos días nos vemos-ambos nos lanzamos un beso como despedida mientras ella se iba caminando hasta irse de aquí, mientras el trío de oro de Rick Riordan (más Percy) veían la escena sin entender. Aunque no dijeron nada pero sus pensamiento

-no es lo que piensan, ni es mi novia mo nada-

¿Como lo..?-dijo percy. Me toque la cabeza

-tengo mucho trucos pequeño pecesito, más trucos de lo que un puede imaginarse-el muchacho se sonrojó al darse cuenta. Yo solo le sonreí de forma angelical

Caminamos un poco más y ya estábamos al lado vieron al centauro y al hombre con muchos ojos en su cuerpo y rostro

-Percy, este es Argos-le presentó Quirón al ojiverde-Los llevará a la ciudad y...bueno, les echará un ojo-

Cuando todos nos estábamos por ir pasos se hacían escuchar detrás de nosotros. Era Luke, este subía corriendo por la colina con unas zapatillas para basquetbol en la mano.

-¡Eh!-jadeó por haber corrido mucho-Me alegro de agarrarlos antes de que se vayan-Annabeth se sonrojó, como siempre que Luke estaba cerca-Sólo quería desearles buena suerte-nos dijo-Y pensé que...a lo mejor te sirven-le hablo a Percy dándole las zapatillas, que parecían bastante normales. Con ese pequeño y ligero detalle que te hacía caer en las profundidades del Tártaro. Hizo bien la pequeña perra, la maldición se camuflada con el encantamiento para volar

-¡Maya!-dijo Luke usando la palabra mágica que los activaba

De los talones de los botines surgieron alas de pájaro blancas. Al chico le dio un pequeño susto dejándolas caer en el suelo. Estás revolotearon por el suelo hasta que las alas se plegaron y desaparecieron

-¡increíble!-musitó Grover

Luke sonrió.

-A mí me fueron muy útiles en mi misión. Me las regaló papá. Evidentemente, estos días no las utilizo demasiado...-Entristeció la expresión.

renacer en un mundo semidivino Where stories live. Discover now