☀️🔸️capitulo LII🔸️☀️

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Los toros de colquide estaban atacando el campamento. Por un momento pensé en lo que dijeron las hermanas grises. Pero no era el momento de pensar en el futuro, sino en el ahora.

Percy y Annabeth estaban hablando, y perdiendo tiempo valioso.

Mis espadas aparecieron en mis manos. Sabían que no podrían traspasar el metal de sus cuerpos con un simple mandoble pero aumentar la temperatura de las hojas haría todo más fácil. Clarisse le ordeno a las tropas que se Mantuvieran detrás de la barrera en formación de falange dada la situación. Era una buena estrategia

-Quinta postura: velocidad de chita-en dos segundos acelere a más de 120 km/h. Las hojas de metal divino y mortal estaban al rojo vivo.

Uno de los toros envidio hacia la formación de los hijos de los dioses de la guerra donde varios campistas mas se sumaban a la formación aunque no dañaba mucho al toro. Solamente lo alejaban lo suficiente antes de que este volviera a atacar pero era detenido por las debiles barreras

-Cuarta postura:manada de leones-cinco leones saltaron junto a mi. Las garras partieron al toro como manteca. Un bramido fue lo que soltó antes de que sus partes cayeron al suelo.

-¡Nawaki! Es bueno que hayas vuelto.-saludo Clarisse. Varios de sus hermanos me saludaron al igual que el resto. Pero no tuvimos mucho tiempo de fraterinzar ya que todavía nos quedaba una animal más que derrota

El toro restante vino hacia nosotros. Embiestiendo con tanta fuerza que volcaria un enorme camión. Sus cuernos pasaron la barrera justo en el árbol de Thalía. La barrera parpadeó dandole el tiempo necesario de ingresar al campamento. Pero al parecer le había agarrado manía a la hija de Ares

-Detrás de ti Clarisse!-gritó percy a nuestras espaldas. El chico nos agarro juatoa tiempo antes de que la embestida del autómata nos aplastase.

-¡Tyson, ayúdalo!-gritó Annabeth.

No muy lejos, cerca ya de la cima, Tyson gimió: -¡No puedo... pasar!-la barrera detenía todo intento de ingreso del cíclope.

-¡Yo, Annabeth Chase, te autorizo a entrar en el Campamento Mestizo!-Un trueno pareció sacudir la colina y, de repente, apareció Tyson como propulsado por un cañón.

-¡Percy necesita ayuda!-gritó.

Se interpuso entre el toro y nosostros justo cuando el monstruo desataba una lluvia de fuego de proporciones nucleares.

-¡Tyson!-chilló el hijo de Poseidón. Lo tome de la remera antes de que siquiera pensara e ir a ayudarlo. Un escudo nos cubrió de las llamas y calor que venían hacia nosotros

La explosión se arremolinó a su alrededor como un tornado rojo. Sólo se veía la silueta oscura de su cuerpo, . Las ideas de percy se areebolinaban en su cabeza. Teniendo la certeza de que el gran muchacho estaba muerto. Pero cuando las llamas se extinguieron, Tyson seguía en pie,
completamente ileso; ni siquiera sus ropas se habían chamuscado. El toro debía de estar tan sorprendido como percy, porque antes de que pudiese soltar una segunda ráfaga, Tyson cerró los puños y empezó a darle una paliza en el hocico.

-¡¡Vaca mala!!-Sus puños abrieron un cráter en el osico de bronce y dos pequeñas
columnas de fuego empezaron a salirle por las orejas. Tyson lo golpeó otra vez y el bronce se arrugó bajo su puño como si fuese
chapa de aluminio.

-¡Abajo!-gritaba Tyson a lo leñador .El toro se tambaleó y se derrumbó por fin sobre el lomo; sus patas se agitaron en el aire débilmente y su cabeza abollada empezó a humear, Annabeth se me acercó corriendo para ver cómo estaba.

Cuando llegamos a la Casa Grande, encontramos a Quirón en su apartamento, escuchando su música favorita de los años sesenta mientras preparaba el equipaje en sus alforjas

renacer en un mundo semidivino Where stories live. Discover now