🔸️☀️capitulo VI☀️🔸️

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Su mente se había cerrado por completo, su cuerpo solo era una cáscara vacía que no reaccionaba ante ningún estímulo exterior, a la vez que su propia mente repetía una y otra y otra y otra vez lo sucedió hace tan solo minutos; su rosto estaba pálido, sus ojos rojos e hinchados por el constante llanto. Su boca succionaba lo poco que quedaba de aquella cajita de jugo de multifruta en el escalón del lugar

El ladrón había sido llevado por la ambulancia al hospital por su graves heridas, consecuencia de "lobos" que según testimonios de los presentes habían atacado al bandido sin ninguna motivación aparente antes de desaparecer de la escena como si nunca hubiesen estado allí.

Los ojos almendrados del infante siguieron a aquella camilla que salía del supermercado y que se movía delante de sus ojos aunque fueron unos simples segundos los que pasaron, su mente lo veía tan lento que parecían horas, horas tortuosas que le quemaban el alma.

Un oficial se acerco al pequeño niño para tomar su declaración de los hechos. El niño hablo con claridad y precisión cosas que sorprendió al oficial, relato como ellos bajaron del auto para comprar un par de golosinas además de aprovechar así comprar algunos víveres y cuando estaban en la fila por pagar sus comprar el entró. Disparo al aire y todos se protegieron. Comenzó a tomar todo lo de valor, zamarreó a aquellos que ocultaban las cosas para quitárselas. Al llegar a ellos creyó que estábamos hablado, lo estaban pero en susurros, pensó que queríamos llamar a la policía. Le grito a mi abuela antes de dispárale en el estómago. Por su deducción la bala tocó algunos vasos importantes y de alguna manera reboto y perforó el pulmón acelerando la muerte de su abuela.

El oficial se había sorprendido por la labia del niño a la hora de relatar. Como vio que le niño no hablaría más se alejo y uno nuevo apareció a su lado. Un hombre alto, con cabello rojizo en el cual se podían ver un par de vetas blancas signos de la edad. Un bigote y lentes estaba presentes en su rostro

-hola amiguito-saludo el oficial con amabilidad-¿como te llamas?-

-Nawaki Senju-contesto-¿y usted?-

-soy el comisionado Gordon-se presento-¿me puedo sentar?-le pregunto. El niño asintió dejado al comisionado sentarse junto a él. El de bigote intento sacarle un poco de charla con preguntas tales como: ¿cual es ti color favorito? ¿Tienes mascotas? ¿tu estación favorita del año? las cuales fueron respondidas por el más joven de manera breve pero amable

Unos diez minutos desde todo lo ocurrido, el oficial Gordon vio como una limusina se estacionada delante del lugar. Al abrirse las puertas negras dos hombres bajaron. Bruce Wayne y su mayordomo, Alfred Pennyworth, hicieron acto de aparición. Ambos habían sido llamados por el oficial luego de que el niño los nombrará al ser las únicas dos personas que conocía en la ciudad.

-Jim-saludo el empresario cuándo se acercaron-¿Que ha sucedido?-pregunto

-Asalto a mano armada; un ladrón entró a robar, tomó joyas, dinero, todo lo que fuera de valor. Amenazo y golpeó a una mujer mayor Chiho Senju y su nieto Nawaki Senju. La mujer recibió un disparo en el abdomen. El cuerpo ya fue llevado a la morgue-giro su cabeza en dirección al niño quien tenía una cajita de juguito mientras una manta tapaba su cuerpo-el esta allí. No ha dicho mucho solo hablo cuando quiso un jugo y cuándo le he hecho un par de preguntas. Al menos es un logro, pude hacerlo hablar un rato-

El pelinegro asintió y los tres hombres se acercaron al niño

-¿Nawaki, ¿quieres que el señor Wayne te lleve al hospital?-le pregunto el pelirrojo al pequeño infante que aún estaba muerto en vida delate de sus ojos. Al parecer capto la pregunta, giro la cabeza para mirar a los dos adultos antes de regresar a su posición inicial. Un pequeño movimiento de cabeza afirmó su pregunta. En su opinión, ningún niño debía sufrir tal dolor, y como padre no le gustaría que su hija estuviera en tales circunstancias.

renacer en un mundo semidivino Where stories live. Discover now