🔸️☀️capítulo XXVI☀️🔸️

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Luego de hablarle a la cámara, poder hacernos las víctimas en todo el asunto del secuestro y que la gente nos diera plata para poder subirnos a un avión, finalmente volar hacia New York

La experiencia de volar fue increíble. Aunque tuvimos una turbulencia que asusto a Percy. Le tuve que calmar con una pequeña canción de cuna. Después de eso se relajo lo suficiente como para dormirse

En el transcurso del vuelo pude ver a las nefeles (más conocidas como las ninfas de las nubes) mientras ellas saludaban, y también pude ver a una cría de dragón volar junto a su madre.

El viaje duro aproximadamente seis horas, las cuales aproveche para dormir un poco

Cuando el avión llegó tierra una manada de periodistas locos por la noticia nos estaban por acosar, pero gracias a la fantástica gorra invisivilisidora de Annabeth pudimos salir de allí con el simple engaño de "¡allí están, se fueron por allí!"

Nos habíamos separado de Annabeth y Grover. Percy me había dicho que si quería podía volver al campamento, pero le dije que necesitaba hablar de algo con El rey de los Dioses

Al entrar el recepcionista se hacia el desentendido hasta que le mostramos el rayo. Pobre hombre el hacia su trabajo

El hombre nos dio la tarjeta para poder subir al olimpo. Al ingresara en la ranura apareció el botón que decía 600 en rojo. Percy lo apretó y en menos de un minuto estábamos allí. En la ciudad celestial del olimpo

Todo aquel que estaba allí no parecía preocupado por una inminente guerra sino más bien contentos.

Unas ninfas nos tiraron olivos, un vendedor nos ofreció una réplica de el vellocino de oro junto a un set completo de una armadura mientras que las musas afinaban sus instrumentos ya que parecer estaban por darle un concierto a varios Dioses menor a su alrededor

Caminamos un poco más hasta finalmente llegar a la sala del trono.

Bueno...sala no es lo correcto, pero para los Dioses es una sala, para nosotros los mortales es un gigantesco lugar de mármol que te hacia sentir pequeño, bastante diría yo

Al entrar estaban dos grandes deidades. El tío Zeus vestido de empresario en su trono de platino y a su derecha el tío Posy vestido como alguien que esta de vacaciones en una playa también sentado en su propio trono pero este era aparecido a una silla de pescador

Se notaba que habían discutido. Aunque no me importa

Percy se acercó al trono de su padre y se inclinó. Yo hice lo mismo con el tío Zeus

-Señor Zeus-dije a quien es mi Abuelo paterno

-Padre-hablo el hijo a su progenitor

-¿No deberías dirigirte primero al amo de la casa, chico?-le pregunto con un tonto enojado. Me hizo estremecer du tono de voz

-Paz, hermano-dijo por fin Poseidón con un tono calmado-El muchacho respeta a su padre. Es lo correcto-

-¿Sigues reclamándolo, pues?-preguntó Zeus, amenazador-¿Reclamas a este hijo que engendraste contra nuestro sagrado juramento?-

No es como que tu lo hicieras también

-He admitido haber obrado mal. Ahora quisiera oírlo hablar-me levante despacio. Mire al Dios. Luego a Percy. Mi pecho me dolía de solo escuchar esas palabras, aunque no fueran dirigidas a mi persona sabia que el niño es un error

-Ya le he perdonado la vida una vez-rezongó Zeus-Atreverse a volar a través de mi reino... ¡Bueno! Debería haberlo fulminado al instante por su insolencia-

renacer en un mundo semidivino Where stories live. Discover now