☀️🔸️capitulo XL🔸️☀️

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POV omnisciente

Todo había salido como Nawaki lo quería, había sido un plan sencillo, además de poco planeado, pero bastante efectivo si logro engañar al viejo príncipe.

Engañarlo con una simple ilusión, para que volviera corriendo hacia su maestro como un niño en busca de aprobación por un desastre que lo dejaba muy orgulloso. Sin saber que sería castigado

-así que...¿ahora que?.-le cuestiono la hija de Afrodita mientras comía unas fresas que el hijo del sol había hecho crecer

-la ilusión debería mandarme una señal cuando se disipe, así que nos teletransportaremos hasta donde Naruhito este, gracias a un sello mágico que hice hace como dos años.-comento-casi nunca los uso, solo cuando voy y vuelvo del trabajo después de eso no lo necesito; pero es bastante bueno cuando estoy apurado. Solo marco el lugar y listo puedo ir cuando yo quiera.

Un pequeño zumbido me llego a la cabeza. La ilusión se disipó.

-bueno chicas, es momento de terminar esta misión.-
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Minutos antes

🤴Pov Naruhito🤴

Por fin había matado a ese pequeña molestia, se creía la gran cosa "podrás ser más fuerte que yo pero no podrás hacer lo que yo" ja, ni eso te sirvió contra el heredero del gran Japón.

Poco tiempo después llegamos junto a la sirvienta al palacio del gran Kami de las tormentas.

Al momento de aparecer lo hice en las mismas puertas del palacio, las cuales fueron abiertas solo con mi presencia. Mi maestro ya se había enterado de mi gran logro.

Con paso seguro y con confianza camine hasta estar delante de mi señor con la cabeza del niño aún goteando sangre en la profundidad del mar. Me arrodille delate de su gran divinidad. La sierva hizo lo mismo.

-mi señor-hable-he cumplido con mi misión, aquí le traigo la cabeza del muchacho que ha estado frustrando su gran plan-exprese mientras colocaba la cabeza delante del trono del hijo de Izanagi. El gran dios de las mareas me observo detenidamente antes de hacer que las corrientes levantaran aquel cráneo cercenado hasta tenerlo flotando sobre la palma de su mano.

-has hecho un buen trabajo Naruhito-una sonrisa se formó en mi rostro por el cumplido-pero...desgraciadamente, fuiste engañado, otra vez-no sabia a lo que se refería de manera rápida levante mi mirada hasta mirarlo desde el suelo de madera.

-pero mi señor, no pude haber sido engañado, yo mismo sentí como mi espada cortaba su carne, la sierva de palacio se lo puede confirmar-hable apresuradamente mientras señalaba a la sirena.

-¡silencio!-rugió el dios del rayo-¡jamás te he dado el permiso de que hables, debería sentenciarte a muerte solo por esa insolencia!-mi rostro sudaba por la posibilidad-pero te explicare pequeño mortal, tu mente fue engañada por una pequeña, simple y barata ilusión-hablo mientras aplastaba aquella cabeza de niño que tubo que haber explotado al mínimo esfuerzo de la deidad. Pero nada de eso pasó, la cabeza simplemente se había esfumado-incluso la sierva era una ilusión-gire a ver a la mujer arrodillada, esta también comenzó a desaparecer en una pequeña niebla azul.

-Y siendo tan tonto como eres los trajiste directamente a mi-hablo con enojo mientras una armadura samurái se manifestaba sobre el ropaje de Kami. A la vez que miraba el canto de la sala

renacer en un mundo semidivino Where stories live. Discover now