Reino del olvido [#02]

Cap 6: Historia.

Recuerdos de Amelia. 

Negro. 

Rojo… 

Vacío. 

Dolor…

—¿Tu mamá también es mala, Abalam? 

—el niño de ojos rojos pensó un momento antes de hablar. 

—Sí, y estoy seguro de que la mía es peor que la tuya. —El niño lo dijo de una manera tan natural que sentí dolor por primera vez por otra persona que no fui yo. 

—¿Quieres un abrazo? —preguntó alzando mis brazos. 

—¿Y eso de qué me serviría? —Cuestionó ladeando la cabeza. 

—Te hará sentir mejor, te lo prometo. 

—Está bien, pero solo uno. —dejó en claro, sonreí y emocionada, me lancé en sus brazos delgados. Tarde un par de minutos en esa posición en la que él no me lo devolvió. 

—¿Y bien? —inquiero alejándome unos pasos de su cuerpo. 

—No lo sé, no estuvo mal, supongo. —se limita a decir encogiéndose de hombros. 

—¿Quieres que te cuente una historia?, tengo muchas. —Esta era la primera vez que estaba con el príncipe de los demonios, y estaba muy emocionada porque era mi primer amigo y quería que se sintiera bien en todos los sentidos. 

—Eres muy intensa, ¿sabías? —esas palabras me hicieron sentir mal, puesto que eran las que constantemente me repetía mi mamá. 

—Únicamente intento que te sientas bien. —explicó con la voz quebrada. El niño puso los ojos en blanco para luego ceder. 

—No llores, está bien. Cuéntame la historia, cuál gustes. —dejó de sollozar para gritar y luego sentarme a su lado, e imaginar cuál de todas le contaré. 

—¡Ya sé cuál! Bien, presta atención. Esta es una historia de Eratis, un hada que salva al mundo… 

—Amelia, me caes bien, así que te diré esto lo más amable posible. —me interrumpe abruptamente —En Veranes no hay cabida para los héroes, los villanos predominan, recuérdalo siempre ¿Quieres? Porque te aseguro que vas a llorar mucho en el futuro si esto no lo tienes claro.

—Príncipe Abalam, eso lo sé perfectamente, pero aun así lloro cada día por mí y el pueblo. Lo divertido de las historias es que puedes imaginar un mundo perfecto lleno de paz y cero maldad, para este mundo tan cruel es necesario escuchar una historia de héroes si no quieres enloquecer. La fe es vital para aquellos que vivimos de sueños. —Le doy mi punto sin alterarme. 

—Jamás he escuchado una historia de héroes o un mundo perfecto. 

—Pues yo se la cuento, después de todo es mi amigo, ¿cierto? 

—Claro. —respondió no muy convencido. 

La Reina Eratis. 

En la orilla del lago celeste, había una pequeña hada que contemplaba el canto de una ninfa dorada, ella deseaba tener su voz y su aura celestial y no los dones que se le había dado desde su nacimiento. 

Eratis había nacido de una diosa poderosa y un humano que no tardaron en consumar su amor y traerla al mundo con un propósito: esparcir la paz. Pero eso aún ante ella no estaba claro.