Cap 9: Oscuridad.

206 12 0
                                    

Omnisciente. 

La vida de la hija menor de Leonore se estaba derrumbando a pedazos cada vez más, estaba mal y tenía dudas sobre ella y su madre, pero sobre todo ella albergaba dolor. Había perdido a su más preciado amigo, su novio y a Abalam. Que sí bien este último no sabía cómo describir su relación, tenía muy en claro que le dolía su partida. 

No sabía cómo, pero en un abrir y cerrar de ojos todo había cambiado en su vida. A su madre ya no la veía igual, su novio había resultado ser un patán de primera, y para colmo ahora tenía una hermana que había fallecido por meterse demás con aquellos monstruos. 

Ya había pasado más de un año y en ese tiempo le había bastado para ver que su vida no era color rosa, que la vida era más cruel de lo que alguna vez imaginó; que su vida no se iba a acabar por no visitar a su novio más seguido o por no ver por un día a su amigo, sino que está se acabaría cuando al fin abriera los ojos. 

Casi cinco meses tenía los mellizos que ahora legalmente eran sus hermanos, una sonrisa incrédula curvaba su rostro cada vez que los veía. Había pasado de ser hija única a tener de la noche a la mañana tres hermanos, la situación la confundía y en ocasiones la asustaba porque tenía miedo de que un día los secretos de su madre la destruyeran por completo. 

Isabell era completamente consciente que todo lo que estaba pasando en su vida no era más que culpa de su madre, aquella mujer que en ocasiones era cruel y en otras una madre sobreprotectora que amaba ciegamente. 

—Necesito salir un momento cariño, ¿puedes cuidarlos por ese tiempo? Tu padre no vuelve hasta mañana y ellos de seguro ya no despiertan el resto de la noche. —la voz de Leonore sacó de sus pensamientos a Isabell. 

—Por supuesto, tranquila podré con ellos. —le sonrió y está asintió un poco desconfiada. Leonore tenía mucho tiempo sospechando de su hija, la conocía tan bien como se conocía a ella misma y sabía perfectamente que algo no estaba bien con ella, sin embargo, sus responsabilidades no la dejaban pensar con claridad. 

—Vuelvo en cinco horas, sus comidas están en la cocina por si se despierta hambrientos, si te cansas o pasa algo, llama al número que deje cerca del comunicador. 

—Está bien. —respondió distraída en los bebés dormidos en sus cunas. 

—Bueno, te quiero. Nos vemos más tarde. —le dio un beso en la mejilla para luego proseguir a salir de su hogar.

Esa noche era importante para ella, el día al fin había llegado. Había esperado años por ese día que estaba extasiada, por lo que sabía bien que iba a pasar para el futuro de los reinos. 

Por fin, sus cadenas iban a ser sueltas, al igual que las de su amiga, que le sorprendía en ocasiones cuando notaba en lo que se había convertido. 

«Aunque no somos tan diferentes después de todo, las dos hicimos lo que teníamos que hacer para sobrevivir» se recordó con cierto rencor. 

—Pronto te devolveré el favor, Eve. Al fin nos liberaremos, lo prometo. —juro viendo el cielo cubierto de nubes grises por varios minutos… 

Soltando un suspiro Isabell esta se dispuso a verificar que su madre se había ido, al ver que efectivamente había desaparecido de su vista, esta corrió rápidamente a tomar todo lo que iba a necesitar, incluyendo a los mellizos que se encontraban más que dormidos para su suerte. 

—Van a hacer una carga si los llevó en brazos, así que espero y puedan respirar y no moverse tanto con esto.

Luego de esas palabras, la joven se dispuso a tomar una manta, la cual envolvió rápidamente a su cintura y hombros. Ella había visto varias veces como las madres de Helido hacía eso y como estas podían llevar tranquilamente a sus bebés enzima sin que estos se cayeran, le pareció la mejor opción dado las circunstancias. 

Reino del olvido [#02] Where stories live. Discover now