¡Devuélvelo!

Capítulo 5

Copié el ejercicio que mando a resolver el profesor de química y lo leí de principio a fin varias veces. Empecé a morder mi lápiz por el lado contrario de la punta y me dediqué a pensar como resolverlo. Los demás estudiantes me llamaban nerd, pero no lo soy. No me gusta leer libros, solo lo hacía por la escuela. Tampoco me gusta usar gafas ni soy un sabelotodo. En resumen, era un chico normal que es inteligente, pero no sabe de química.

Suspiré aliviado de terminar la clase y salí en busca de mi mejor amiga. Después de caminar un poco encontré a Teresa hablando con Jazmín. Tomé aire y puse mi mejor sonrisa para acercarme.

—Buenos días.

—¿Qué tal química? —cuestionó Teresa— ¿Entendiste algo?

—Casi nada —confesé apenado.

—¿Qué no entendiste? —indagó Jazmín y quitó un mechón de pelo que tenía frente a su ojo. En ese momento me puse a pensar en que ella casi siempre traía el mismo peinado, dos bollos sobre la cabeza— . Química solo es cuestión de aprenderse los conceptos y tener una tabla con los componentes. Titaneo, hidrógeno, etcétera.

—Sabes mucho de química —intervino Teresa y sonrío haciendo una pequeña pausa—. ¿Le enseñarías a mi amigo presente?

—Claro —dijo Jazmín y clavó su vista en mis ojos—. Solo pido una cosita a cambio.

—Ni inventen. Todavía no obtengo mis anteojos. No quiero otra deuda —declaré intercalando mi vista entre ambas chicas—. ¿Por qué no me enseñas tú, Teresa?

—No lo hago porque Jazmín parece saber más que yo de la asignatura y tú me agradecerás esto algún día —explicó Teresa y se marcho corriendo.

—¿Entonces? —inquirió Jazmín cruzando sus brazos y me sonrío con un toque de malicia—. ¿Hay trato?

—Primero dime que debo hacer —pedí y ella revoleo los ojos.

—No seas gallina —pidió e imitó el sonido del animal—. Arriésgate a lo desconocido por una vez en tu vida.

Ella estaba jugando a herir mi ego e insuaba que me faltaba valor para que aceptará; yo lo sabía y de todas formas me dejé llevar terminando por responder:

—Acepto.