—Tu novio es muy romántico —mencione al ver a mi mejor amiga oler el ramo de rosas en sus manos—. ¿Dónde guardarás el detalle?
—Tendrá que quedarse en mi casillero —respondió Teresa—. No tengo un lugar para guardarlo.
—Espero que no se marchiten —comente observando a mi amiga sonreír con alegría.
—Yo espero que algún día tengas un detalle como este con una chica. Quizás...
—Cállate —interrumpí—. Di un nombre que empiece con jota y estás muerta. Cambiando de tema, tengo hambre.
—No tengo comida —aseguró mi mejor amiga—. Espera a que guarde mis flores y vamos a almorzar. O aprovecha y habla con alguien.
—Indirecta captada —afirme y le sonreí sabiendo que ella jamás cambiaría su forma de ser—. Voy a arreglar mis asuntos y nos vemos en el comedor.
Teresa me hizo un gesto de okey y siguio su camino. Negue lentamente y camine en sentido contrario revisando los alrededores hasta ver a Jazmín que estaba en el comedor sentada en una mesa alejada de las demás haciendo alguna cosa en una libreta.
—¿Por qué estás comiendo sola? —pregunte sentándome frente a ella.
Jazmín cerro rápidamente su libreta y se le colorearon las mejillas de rosaceo, entonces alzo su cabeza, me miro a los ojos, y con tono tranquilo contesto:
—A veces se requiere tiempo para uno mismo.
—¿Puedo saber que hacías? —indague curioso.
Ella nego lentamente, abrazo la libreta contra su pecho y se quedo mirándome con expresión neutra y las mejillas de su color usual.
—Gracias por enviar una nota disculpándote. No tienes la culpa de que tus amigas sean engreídas, pero me alegro ver que te preocuas por solucionar problemas. Me gustaría olvidar ese incidente y seguir estudiando contigo.
—¿Lo dices de verdad? —cuestionó Jazmín.
—Totalmente —afirme.
Ella esbozo una sonrisa y busco algo el piso, resulto que cogio su bolso y del mismo saco una caja de jugo, la cual puso frente de mí.
—Un regalo —dijo amistosamente.
Le sonreí devuelta y cogí el regalo con mucho gusto. Oficialmente me caía bien. Bueno... Me había comprado con el jugo.
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¡Devuélvelo!
Short StoryÉl dejo descuidado unos minutos un objeto muy significativo en su vida: Sus anteojos. Ella los vio y los cogió. Vez tras vez algo le pidió, pero, ¿qué quería en realidad? ¿Por qué fingió no saber de aritmética? Saga "chicasflores" #3
