Mariposas En Plena Oscuridad.

Solución En Camino Y Visitas Que No Son Gratas...

Espero les guste ♥️ y puedan disculpar la demora.

Leer hasta el final.

Omnisciente.

Solo ellos entienden su extraña forma de amar. Es cuestión de no dejarse llevar solo por la pasión, aún les falta por descubrir lo que realmente es el amor. Pero, ¿para ello deben convivir una eternidad, o unos cuantos meses les bastará?

Cinco días transcurridos desde aquella noche, que sin duda alguna desequilibró su reciente relación. Ninguno ha dado su brazo a torcer y no tienen intenciones de hacerlo —o eso es lo que creían ambos hasta hoy—.

Como todas las mañanas Sebastián se prepara para salir a su trabajo, esta vez no podrá dejar el desayuno listo, por lo que espera que Brida lo haga antes de irse; el hecho de que esté molesto con ella no quita que se preocupe por ella. Ha intentado ser lo más calmando posible lo cual ha representado un arduo trabajo ya que la chica parece dispuesta a pelear por cualquier cosa.

“Esa ropa no va ahí”

“¿Tan difícil es dejar la cocina limpia?”

“Cuando vayas a llegar tarde ¿Podrías avisar?”

Un sinfín de estupideces más que han intentado colmar su paciencia. No significa que Brida no lo esté pasando mal, después de todo ella es consciente de su actitud, pero no la reconoce. Prefiere dramatizar la situación.

Camina terminando de arreglar su saco. Soltando un bufido deja su habitación como todas las mañanas, da una rápida mirada hacia la habitación de Brida mirando hacia abajo, no hay claridad así que intuye que aún duerme. Baja a su despacho en busca de sus cosas, antes de irse prepara un poco de café, sin eso no podría iniciar su día. Cuando está apunto de salir de la cocina choca abruptamente con el cuerpo de alguien.

Con rapidez la sujeta de la cintura antes de que pueda caer. El mundo parece caer encima a Brida por el brusco movimiento; sus manos se sujetan firmemente de los brazos de él sin poder abrir los ojos. Siente como su cuerpo es elevado hacia delante. Con la respiración entre cortada y el pulso acelerado abre sus ojos lentamente encontrándose con la atenta mirada de Sebastián.

Por un momento Sebastián temió que cayera y su cabeza impactara con la esquina del escalón, pero por suerte la sujeto a tiempo. Ambos se miran fijamente sin decir palabra, él puede notar palidez en su rostro y no es por lo desaliñada que luce, algo le dice que se debe al susto.

—¿Te encuentras bien?

Pregunta bajando la mirada al agarre de su cuerpo. Intenta alejarse lentamente, sin embargo, las manos de ellas se aferran a sus brazos con fuerza casi arrugando el traje que lleva puesto.

—Yo-yo- yo- yo... —"reacciona mujer" regaña su mente. Prácticamente ésta en un estado de estupefacción. Cinco días en los cuales no había sentido esa cercanía y por supuesto no había dado su brazo a torcer—. Estoy bien...

Murmura sin dejar de mirar su rostro. No hay rastro de barba y luce tan guapo como siempre.

—¿Segura?

—Sí- si- ¡Sí, po-por supuesto! —Tartamudea. Quizás no se golpeó, pero sin duda alguna el tambaleo del brusco movimiento la dejó un poco atontada.

—Vale. —Responde él no muy seguro, nuevamente intenta alejarse, pero el agarre de ello no se lo permite. La observa arqueando una de sus cejas mirándole irónico, ella no parece reaccionar de inmediato por lo que mira hacia el agarre que ella ejerce.