El Inicio...

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"Brida"



La vida es un laberinto con una estrecha salida... De esa manera yo veo mi vida. No hay nada en particular, nada interesante ¡Quiero algo fuera de lugar! Pero no llega, y a veces pienso que nunca va a llegar sencillamente porque mi vida se sumergió en una normalidad constante. O porque yo no hago nada para cambiarla, quizás.

Miro por tercera vez la enorme mancha azul que decora una de las paredes de la habitación. En mi habitación hay un silencio profundo, algunas veces me canso de ser aburrida, entonces enciendo la música y me esfuerzo por soportar el ruido de fiesta de universitarios. Es lo más cerca que he estado de esas fiestas... Algunas veces me arrepiento de que así sea.

Respiro hondo, tratando de encontrar un poco de paz en mi mente la cual nunca descansa. Amo sentir paz, aunque sea por cinco minutos.

La puerta recibe dos toques muy leves y cautelosos, solo para avisar que hay alguien detrás y va a pasar porque sin esperar respuesta la figura de una mujer de estatura mediana, contextura grande y rellena aparece detrás de la puerta. Grande y rellena, como su gran corazón relleno de tanto amor, Amara. No me molesta verla, ni que haya pasado, ni lo que tenga que decir; sea lo que sea, si viene de ella me sentiré tranquila.

-Brida, cariño. La señora Verónica quiere verte, te está esperando en la sala. - Comunica mientras entra completamente a la habitación dejándome verla.

Amara es una mujer llena de vida, me ha demostrado su amor y su gran corazón al protegerme y estar para mí siempre aun cuando desde el inicio nunca debí ser su responsabilidad, tanto ella como yo decidimos que así fuera. Me ha educado y enseñado muchas cosas, no me avergüenza decir que es la figura de madre más cercana que he tenido.

-Es mejor que vayas ahora para cuando terminen de hablar, vayas a la cocina a ver lo que te preparé. -Sonríe.

Me levanto de la cama, donde estoy bastante cómoda. Me coloco mis zapatillas para después ir hasta la puerta donde aún se encuentra Amara esperando por mí.

-Está bien, pero no comeré azúcar porque sabes que estoy a dieta. -Ruedo los ojos en broma y acaricio su estómago cubierto por su delantal.

Se me escapa una sonrisa e igual a ella. Sabe que amo cada cosa que ella prepara y que comeré de todo, dos veces. Empiezo a caminar hacia la sala, pero ella me detiene con su mano.

-Ve tranquila, no la hagas molestar y no le respondas hasta que no haya terminado. -Susurra con seriedad. -Ya sabes cómo se pone.

Asentí. Es difícil no responderle, a gritos a la mamá de Satanás, o al mismo Satanás no hay mucha diferencia. No obstante, el silencio es lo mejor y yo tampoco tenía ganas de discutir a pesar de todo lo que me he callado.

Amara y yo caminamos por un largo pasillo y comenzamos a descender en las escaleras. Al llegar al final, Amara tomó el pasillo de las habitaciones de los huéspedes y yo el que se dirige a la sala. No sin antes hacerme señas de que hiciera silencio, específicamente porque con Verónica nuestras discusiones habían terminado muy mal debido a que yo siempre le respondía, bastante mal siendo sincera.

No suspiro, ni respiro hondo, ni me escondo por miedo a esperar que ella me volviera a llamar como las veces anteriores. Ingreso a la sala, muy relajada y tranquila.

- ¿Me llamabas?

Esos ojos, esa mirada a la que tanto le he contradicho se clavaron en mí con expresiones de... ¿Odio? Es que ni siquiera sé si le importo lo suficiente para que le interese demostrarme algo. Tal vez es su mirada normal o de indiferencia y yo estoy siendo demasiado dramática.

Mariposas En Plena Oscuridad.Where stories live. Discover now