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— ¿Cuáles fueron las principales causas de la revolución francesa?

— Bueno… de manera vaga y general podría decir el descontento del pueblo en el ámbito político: siendo que los puestos políticos eran ocupados solo por los nobles, la larga lista de reclamos del pueblo era ignorada completamente, la crisis económica: básicamente se morían de hambre además de los impuestos altos, las libertades y derechos eran extremadamente limitados: La monarquía era absoluta y dictaminada por dios, es decir que el rey era un elegido de dios, por lo que no tenían ningún tipo de división de poderes y nadie mas que el la familia real tenía relevancia política, y por ultimo en paralelo a todo esto se producía una revolución intelectual que cuestionaba a religión y por lo tanto la forma de gobierno del momento. — contesté confiada

— Correcto — dijo con una mueca, lo miré satisfecha mientras él me devolvía una mirada de derrota —, siempre ganas, cerebrito — se burló mientras comenzaba a guardar de nuevo el juego de mesa en su caja.

Fingí estar ofendida por el apodo — No puedo creerlo… y de mi propio padre — coloqué mi mano derecha en mi corazón como señalando donde me había herido.

Lo hice reír, me gustaba verlo reír, no lo hacía muy a menudo después de la muerte de mamá. No tarde mucho en unirme a su risa escandalosa, la mía sin dudas era mucho menos estridente y al mismo tiempo más aburrida (si es que es posible que una risa se escuche aburrida).

Sin dudas este es el tipo de momentos que me gustaría recordar para siempre, pero es más que probable que lo olvide… cielos, cuanto me gustaría poder encapsular momentos y conservarlos, sería como un almacén de recuerdos al que acudes siempre que quieras. No pude evitar sonreír al pensarlo, hasta en mi cabeza sonaba aniñado.

— Te quiero, papá — lo dije sin pensar, pero no me arrepentí.

— Yo también te quiero pequeña — dijo mientras dejaba un beso en mi cabeza y se levantaba a dejar el juego en su lugar. 

— He estado pensando en conseguir trabajo — pareció tomarlo por sorpresa porque se quedó mirándome con sus grande ojos abierto — Un trabajo de medio tiempo, solo por el verano — traté de calmarlo un poco — Creí que sería una buena oportunidad para familiarizarme con las responsabilidades de la adultez y al mismo tiempo integrarme en el pueblo — sabía que si algo me ayudaría a ganar su aprobación sería… bueno, un poco de manipulación inofensiva, manual número uno del hijo perspicaz — Pero si no te parece bien, no te preocupes, encontraré otra manera de hacer amigos… — al parecer había funcionado, su rostro se relajó y parece haberse quedado pensando, eso era sin dudas un avance.

Mi padre, que hasta el momento no había dicho nada, pronunció de forma cautelosa lo siguiente — Está bien. Pero debes prometerme que trabajaras en horarios en lo que yo esté en casa, me gustaría estar alerta en caso de emergencia y por supuesto debe ser en un horario de día.

No estaba en posición de replicar, sabía de antemano que esa era la mejor respuesta que obtendría.

Mi padre ha estado así desde que mamá murió, casi no me deja salir y mucho menos cuanto no se encuentra en casa. Tampoco puedo culparlo, sé que lo hace desde el amor y a decir verdad no me afecta demasiado, no soy una persona que disfrute del aire libre, sobre todo si la socialización está metida en el medio.

— Bien, ya pensé el lugar y revisé los horarios, hay varios que coinciden con tus condiciones

Para mi suerte mi padre trabaja en el hospital como el nuevo jefe de traumatología y al ser jefe de su departamento le asignaron solo los lunes y jueves. Por supuesto que lo solicitan para emergencias, pero es traumatología y ciertamente no es una rama de la medicina en la que se observen demasiadas emergencias. Lo máximo que podría pasar en un lugar como este es una señora mayor con los huesos débiles y una fractura expuesta.

— ¿Dónde? — preguntó

— En la tienda de música, la del centro. Me dijeron que fuera mañana para la prueba, aunque no creo que sean demasiado exigentes, al fin y al cabo solo se trata de atención al cliente.

— Bien, ¿Y los horarios?

— Hay dos que se acoplan a las condiciones, los martes, miércoles, viernes y sábados de 11hs a 14hs o de 14hs a 17hs. Y por si te lo preguntas, no, no estaré sola, los turnos son compartidos con otro empleado así que no debes preocuparte.

— Bien… no veo problemático ningún horario, sin embargo preferiría el de las once. Si es así entonces no veo porqué no podrías hacerlo — sonreí satisfecha

— Gracias, papá — me levanté del sillón para abrazarlo.

— Solo cuídate, ¿Si? — dijo manteniendo el agarre.

— Te lo prometo — desarmé el abrazo y lo miré mientras sonreía, sabía que eso lo ayudaría a tranquilizarse.

— ¿A qué hora es la entrevista mañana?

—A las diez. Creo que si me toman debo quedarme a hacer todo el turno. No te preocupes, te llamaré si me eligen.

Asintió con la cabeza mientras sonreía de lado y luego dijo — Creo que deberíamos ir a dormir, no creo que quieras llegar cansada a tu primera entrevista de trabajo ¿Verdad?

— Tienes razón, ya es casi la una de la mañana — me acerque y dejé un beso en su mejilla — Hasta mañana, papá

— Hasta mañana, pequeño saltamontes — dijo alborotando mi cabello.

— ¿En serio vas a seguir usando ese apodo? — lo miré con el ceño fruncido.

— Estás creciendo muy rápido, necesito que por lo menos algo de ti se quede como está — aunque se esforzara por ocultarlo, a mi padre siempre le ha costado afrontar el cambio. Es hasta el día de hoy que mamá parece ser un tema tabú, creo que es parte de lo mismo… es más fácil ocultarlo.

— Te quiero, papá — dije por segunda vez en el día, solo que esta si fue premeditada.

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𝕁𝕦𝕤𝕥 𝕝𝕚𝕜𝕖 𝕄𝕦𝕤𝕚𝕔 | 𝙴𝚍𝚍𝚒𝚎 𝙼𝚞𝚗𝚜𝚘𝚗Where stories live. Discover now