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Cuando llegamos, Peter golpeó la puerta de una. Desde adentro se oyó un “Ya voy” bastante fuerte. Se escuchaba un mormullo inentendible, como si estuvieran discutiendo algo que nosotros no podíamos saber. Miré a Peter, este levantó sus hombros dejado claro que no era algo habitual que dejaran a las visitas afuera. No puse evitar sentir que sobraba.

Finalmente Eddie abrió la puerta — Pasen, pasen. Adelante aventureros, os aguarda la aventura — dijo mientras hacía una reverencia.

Peter estaba riendo ante las típicas ocurrencias de Eddie. Yo, por otro lado, no conseguía salir de mi nerviosismo. Esperaba poder disimularlo lo mejor posible.

Una vez dentro pude ver una mesa cuadrada pequeña con un tablero que salía por los bordes. En una de las puntas había un cartón con un dragón estampado, El lugar del Dungeon Master.

Una voz a mis espaldas me hizo voltear — Hola, tú debes ser Alice — me dijo un chico rubio oscuro y unos grandes ojos azules, asentí. Parecía amable — Soy Gareth — estiró su mano en mi dirección, la estreché torpemente.

Eddie se acercó pasando su brazo por detrás de mis hombros — Déjame presentarte a tus compañeros de aventura del día de hoy. Ya conoces al gran caballero Gareth por aquí — dijo señalando al chico son su mano —, el de allá es Lucas, el experto cazador — El nombrado levantó la mano en forma de saludo —, Jeff el temible semiorco — señaló esta vez a un chico que me sonrió de lado —, Mike el valiente paladín — El chico alto y desgarbado que reposaba sobre una pared agitó su mano —, Peter el sabio mago — Peter se acomodó los lentes mientras agachaba la cabeza a modo de reverencia — Y por ultimo pero no por eso menos importante, el genial, atractivo e inteligente Dungeon Master, tu servidor — Eddie sonrió arrogante.

Me pareció que debía presentarme como mi personaje de juego también — Yo, bueno, soy Alice y soy un elfo gris — Eddie sonrió.

— Nos hacía falta diversidad de razas, gracias por aceptar esta cruzada querida elfina — Le sonreí de lado.

— Bien, colóquense en vuestras posiciones queridos aventureros. Os aguardan aventuras increíbles e impactantes — dijo mientras se dirigía a su lugar en la punta de la mesa.

Tomé asiento al lado de Peter, me daba falsa tranquilidad. El de anteojos se dio cuenta de mi estado y asumo que en un intento de tranquilizarme alzó su pulgar, me dijo sin decir que todo saldría bien.

La campaña comenzó. Eddie nos dio una introducción al conflicto bastante detallada, las características del mundo en el que nos situábamos, la situación política y el conflicto general. Cuando terminó la explicación general comenzó a dar detalles claves para la historia. Quedé embelesada con la vehemencia y pasión con la que narraba Eddie, era divertido verlo interpretar a los personajes que describía.

Luego de un largo rato, comenzó la primera batalla, Lo hicimos de menor a mayor, empezó Lucas.

— Lucas, tira los dados de una vez — se quejó Mike. El menor bufó — 5, que fiasco.

El ataque de Lucas había fallado. Era turno de Mike.

— 11, por poco. — suspiró aliviado.

— El valiente e iracundo paladín acierta casi por accidente — narró Eddie —, la horda de trogloditas pierde 3 puntos de vida. 

El juego continuó sin demasiados problemas hasta que fue mi turno de decidir en una situación clave. Intentar rescatar el amuleto sagrado del gigante ciclope o salvar al escudero Gareth de una muerte segura. Lo analicé, sin el amuleto, sería difícil pero no imposible además es posible que encontremos otro. Por otra parte, si el escudero del grupo muere quedaríamos des balanceados y nos quedaríamos sin nuestra mayor defensa.

— Salvar al escudero — dije antes de tirar los dados.

Los dados giraron sobre la mesa hasta que cayeron en los números 7 y 9, acerté.

Todos parecían aliviados y felices — que increíble, un 16 es un excelente número — dijo Lucas.

— Lo dice porque él siempre pierde — se burló Mike.

Los menores empezaron una discusión sin sentido. Mientras tanto Jeff solo observaba y reía ante la discusión, Gareth funcionaba un poco como mediador entre los menores, Peter estaba un ocupado perdido en sus propis pensamientos y cuando gire hacia Eddie, este alzó ambos pulgares en mi dirección, pude leer sus labios mientras decía “Vas muy bien, no te preocupes”, le agradecí telepáticamente deseando que recibiera el mensaje de alguna forma.

La partida se extendió hasta las 9 de la noche. Quedamos en una parte muy prometedora, pero entre todos decidimos no avanzar más porque estaba haciéndose tarde. Eddie anotó el punto en el que terminamos y luego nos pidió ayuda para guardar todo. Me ofrecí a ayudar con los platos que habíamos usado pero Eddie no me dejó.

— Oye, Alice — me llamó Gareth — fue genial conocerte, deberías venir a jugar con nosotros más seguido — me sorprendió, no esperaba tal reacción el primer día de campaña. Le sonreí.

— Gracias — podría haber sonado cortante, pero a juzgar por la sonrisa que obtuve como contestación supongo que se lo tomó bien.

— Adiós, Alice. Un placer conocerte — se despidió Lucas.

— Supongo que no vemos — dijo Jeff con una pequeña sonrisa tímida.

— Nos vemos — dijo Mike, como un saludo general.

Eddie se acercó para besar mi mejilla a modo de despedida — Nos vemos, elfina aventurera — dijo con una sonrisa de las suyas una vez estuvimos separados.

— Adiós, Eddie — dije — Gracias por invitarme, la pasé bien.

— Gracias a ti, juegas bien he de admitir. Con un poco mas de practica quizás llegues algún día a ser la mitad de buena que yo — rodé los ojos mientras negaba divertida.

Peter también se despidió de Eddie y juntos nos fuimos. El de anteojos probablemente tendría que enfrentarse a un interrogatorio por parte de mi padre, era aterrador hasta para mí.

Mientras caminábamos le advertí — es probable que cuando lleguemos a mi casa, mi padre te acribille a preguntas. Solo actúa normal y dile que nos quedamos hasta tarde porque debíamos recibir un cargamento ¿Está bien?

— Entendido, sargento Alice. — hizo un saludo militar para burlarse. Lo empujé ligeramente de costado mientras reía.

Avanzamos entre bromas y risas hasta mi casa. Cuando llegamos abrí con mi llave, mi padre esperaba sentado en la mesa. Apenas me vio se levanto y me saludó, puede que estuviera cansado porque no le hizo ninguna pregunta a Peter.

— Buenas noches, señor Blackwood — dijo el de lentes, se le notaba nervioso. Es entendible, mi padre es una persona... imponente.

— Buenas noches, chico — dijo.

Me acerque a Peter y lo saludé con un abrazo — Hasta el viernes — dije

— Hasta el viernes. — me sonrió incomodo, se notaba que mi padre lo ponía nervioso — Adiós, señor.

Peter se fue caminando, por suerte en verano oscurece más tarde, todavía quedaba algo claridad.

Al parecer era cansancio, mi padre bostezó y dijo — Iré a dormir, mañana tengo un día largo — tengo mucha, mucha suerte, pensé.

Esa noche dormí como un bebé. De la duda y el nerviosismo solo quedó felicidad y buenos recuerdos.

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𝕁𝕦𝕤𝕥 𝕝𝕚𝕜𝕖 𝕄𝕦𝕤𝕚𝕔 | 𝙴𝚍𝚍𝚒𝚎 𝙼𝚞𝚗𝚜𝚘𝚗Onde histórias criam vida. Descubra agora