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Calcule que mi padre llegaría del trabajo a las 12 de la noche. La película terminaría más o menos a las 11 y media así que me dejaba una media hora para volver de la casa de Eddie a la mía. Si no hubiera ningún contratiempo, mi plan saldría a la perfección y mi padre no se enteraría de mi desobediencia. Un perfecto 3 de 3. 

Eran las 8. Me pregunté por qué Eddie no me invitó justo después de la escuela. Quizás tenía algo que hacer, así que, no le di demasiada importancia. El tiempo que tenía que esperar no ameritaba ponerme a leer, tampoco ver televisión y tampoco para hacer mi tarea de escritura libre.

En mi mente me pareció que ir con la misma ropa de la escuela se vería mal… no lo sé. Quizás era solo una forma de pasar los minutos que tenía libres. Mi guardarropa me pareció vacío por más de tener la mayoría de sus cajones llenos. Parecía una adolecente estúpida y nerviosa, me di asco. Saliendo del papel ridículo en el que yo me había puesto tome lo primero que me pareció que podría quedar bien y ya, no pensaba hacerlo más grande de lo que era.

Las ocho y diez. ¿Quedaría mal llegar antes? La casa de Eddie quedaba a unos veinte minutos ¿Llegar media hora antes de lo acordado se vería mal? Quizás si caminaba lento llegaría a las nueve menos veinte. No creo que Eddie sea una persona especialmente preocupada por lo tiempos, seguro está bien.

Tomé mi mochila, como de costumbre, mi Walkman, mis llaves y un abrigo aunque fuera verano, por sea caso. Salí por la puesta mientras me colocaba los auriculares, ni siquiera pensé en que escuchar, solo puse lo primero que encontré revolviendo mi mochila. Mientras caminaba empecé a contar los pasos que daba. Caminaba con lentitud, mirando el iluminado centro de Hawkins. Pasé por la tienda, ahora trabajaríamos en el turno de la tarde por culpa de la escuela. No me gustaba ese horario, pero si me gustaba la tienda, no dude en aceptar al igual que Peter. Mañana podría juzgar la experiencia.

Después de un rato largo de caminar, y en el paso 1347, llegue a la puerta de la casa rodante de Eddie.
Estaba por tocar la puerta cuando pude ver por una pequeña ventana que las luces de adentro empezaban a fallar. Escuche un golpe seco y, lo que imaginé era, una silla cayendo sonaron bastante fuerte. Seguido, un grito desgarrador. Me acerqué para mirar. La cortina dejaba un pequeño hueco por el cual pude ver dentro de la casa. Eddie estaba tirado en el suelo, gritando aterrado, giré a ver lo que lo tenía en ese estado. Una figura humana estaba suspendida en el aire. Un segundo después, impactó contra el piso con suma violencia. Generó otro ruido seco pero esta vez mucho más fuerte. Quise pensar que había visto mal, de hecho apena había visto algo, pero mi cabeza empezó a pensar de más, como siempre.

Toqué la ventana — Eddie, soy Alice. ¿Está todo bien? — el grito cesó.

No recibí respuesta. Toqué de nuevo, pero ahora, más fuerte — ¿Eddie? — el mayor corrió la cortina, solo lo suficiente para que pudiera reconocerlo. La mano que sostenía la cortina le temblaba, sus ojos estaban abiertos de par en par y estaba extrañamente pálido. Parecía aterrado — ¿Qué pasó? — le pregunté. Necesitaba creer que lo que había visto simplemente se trataba de mi vista juganfome un mal trago.

Automáticamente volvió la cortina a su lugar y abrió la puerta, solo un poco, sin dejarme ver el interior de la casa. Me acerqué.

Se quedó mirándome, no dijo nada. Parecía como si su propia mente le fuera ajena.

— Creo que perdí la cabeza — dijo mirándome a los ojos. No solo sus manos temblaban, todo su cuerpo se sacudía. Estaba aterrado.
— Eddie, me estás asustando ¿Qué pasó? — una lágrima rodó por su mejilla.
En cualquier otra situación me habría parecido extraño ver llorar a Eddie. Pero ahora, todo su lenguaje corporal acompañaba la acción.

𝕁𝕦𝕤𝕥 𝕝𝕚𝕜𝕖 𝕄𝕦𝕤𝕚𝕔 | 𝙴𝚍𝚍𝚒𝚎 𝙼𝚞𝚗𝚜𝚘𝚗Where stories live. Discover now