Capítulo Extra 4

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Lex

En cuanto puse un pie dentro me percate del hecho de que todas las personas me observaban pero a diferencia de otras veces no era con miedo era más una mirada de curiosidad. Me detuve para girar a ver a las personas que fingían no verme y continuar con su labor. Decidí ignorarlo para seguir caminando pues me hacia una idea de la razón por la cual me observaban, entre a la sala de consultorio donde encontré a la doctora Shuster sentada sobre el escritorio riendo junto con los internos.

—Doctora Shuster, ¿a que se debe su visita?

—Bien día para usted también doctor Cooper —soltó un tanto sarcástica para sonreír —. En cuanto a mi agradable visita se debe a que vengo a informarle que sus internos ahora son mios.

—¿Disculpa?

—Han llegado los nuevos médicos y el director Bell quiere que este a cargo, le mencione que tenía internos pero me dijo, encargarte tu de eso, así que, ahora son mios—se levantó para darme una carpeta —tranquilo, cuidate bien de sus niños, me aseguraré de que coman, duerman bien y de no perder ninguno en el camino.

—¿Donde se encuentran los nuevos médicos?

—En su consultorio, esperando a ser aterrorizados por ustedes.

—Le gusta bromear respecto a eso.

—¿Acaso puede negarme ese hecho?

—Ciertamente no lo puedo hacerlo. Que tenga un buen día doctora Shuster.

—Usted también tenga un buen día —comento con una sonrisa. Me di la vuelta para salir para ir a mi consultorio, en cuanto abrí la puerta observe a cinco nuevos médicos y siete enfermeras, vaya que si habían conseguido personal.

—Buen día, soy el doctor Cooper, el médico a cargo de usted. Ahora vamos a repasar unas reglas para que puedan ser médicos y enfermeras de aquí.

Mire la hora en mi reloj y se sintió de alguna forma extraño el tener algo de tiempo libre, ahora que había nuevo personal y se habían hecho varios ajustes en el hospital mi tiempo en el trabajo se redujo un poco sin mencionar que ya podía volver a mi área original  de trabajo. Baje del auto para dirigirme a la casa de mis padres, abrí la puerta y lo primero que escuché fueron las risas de mis padres, colgué mi saco para poder dirigirme a la cocina pero me detuve al observar a la doctora Shuster sentada no pude evitar mirar a mi madre pues algo me decía que era su culpa pero ella negó para mirar a mi padre.

—Doctora Shuster—salude pero ella negó.

—No, no. Recuerde, nada de títulos fuera del hospital—me recordó y mi familia me miró con curiosidad.

—Iris —pronuncie su nombre y ella asintió.

—Mejor, deberías lavar tus manos Lex, ya empezamos a comer debido a que tu padre mencionó que llegarías tarde pero estás temprano —dijo mirando la hora—y llegas justo a tiempo, estoy a punto de contar una nueva anécdota bastante divertida.

No dije nada solo me limite a asentir para ir a la cocina a lavarme las manos, gire para ver a mi hermano quien sonreía.

—¿Sucede algo?

Invidente amor ©Where stories live. Discover now