Capítulo 02

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Solté un largo bostezo debido al cansancio de haber arrojado todas mis cosas para encontrar mi uniforme médico, el cual había olvidado que lo había metido en el bolsillo delantero de la maleta ya que me dio flojera hacer espacio para guardarlo correctamente con la demás ropa.
Volví a bostezar pero retrocedí incomoda cuando papá metió su dedo dentro de mi boca.

—Papá, ¿que son esas mañas?

—Terminaras tragándote una mosca entera si sigues bostezando de esa manera.

—No saben tan mal—comenté mientras recordaba aquel asqueroso momento cuando me tragué una mosca por accidente después de haber soltado un largo bostezo por haber trabajado el turno nocturno en el hospital. Él me miró con cierto asco mientras dejaba el desayuno en la mesa—. Pero que buen servicio, te daré un gran me encanta, papá.

—Hubiese preferido un te visitaré más seguido, aunque fuese mentira.

—Ahora se de donde Leslie sacó lo rencoroso con efectos de grabadora descompuesta.

—No es rencor, yo solo digo que me hubiese gustado ver mas seguido la cara de mi única hija la cual no vi durante varios años por cuestiones legales. Te veía más seguido cuando estuve en prisión.

—Wou, papá en verdad que eres grandioso—llevé mi mano hacia mí pecho para extender la otra hacia su hombro—tu si que sabes como hacer sentir culpa con simples palabras y esa mirada de dolor, ahora se de dónde yo saqué lo dramática.

—Lo mejor de mis genes para la mejor de mis hijos.

—Vuelve a repetir eso, lo grabare para mostrárselo a Leslie —tome mi teléfono de la mesa para buscar la aplicación de grabar pero mi padre solo río.

—No cabaré mi propia tumba o al menos no hoy. De todos mis hijos él es el más leal.

—Papá, solo tienes dos hijos.

—¿Ves a lo que me refiero? —dijo mientras me señalaba con la cuchara que goteaba té de manzanilla sobre la mesa —. Es fácil clasificarlos. Leslie, es el hijo leal con estereotipos de padre sobreprotector y tu la hija pródiga pero con inteligencia.

—Me quedo con lo de inteligente e ignorare lo demás. Bueno, tengo que irme—me levanté de la mesa tomando mi mochila para después besar su mejilla—nos vemos después, te amo, papá.

—Yo también. Espera un momento, Iris.

—¿Que sucede? —le pregunté mientras giraba a verlo, el miraba mi calzado un tanto intrigado para después mirarme.

Invidente amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora