Capítulo 37

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Iris

Hay una flor que está llena de simbología y color. La flor de Iris teniendo su nombre como representación el arco iris, es una flor fuerte y muy resistente, acostumbrada a nacer en primavera o verano. Tiene esos olores particulares que enamoran al instante.
Representa la sabiduría, el valor y la fe, siendo esta la favorita de muchos pintores, pero más que ser una hermosa flor adorada por muchos, esta flor es una de mis favoritas.
Al través del tiempo e llegado a conocer esta flor por más de las cosas que representa o simboliza, no sólo es una flor hermosa con bellos colores, no sólo tiene un olor que hipnotiza, no sólo es es una flor que crece con gran resistencia en el verano o al primavera. Iris es mucho más.
Iris me hace ver las cosas que no tienen forma para mí, para ver las cosas que realmente puedo hacer pero nunca fui consiente, es alguien que te deja soñar más allá de las cosas posibles, que te hace ver imposibilidad como algo posible.
Incluso si tratas de renunciar al amor, te hace volver a creer en ello, sin extravagancias, sin oscuridad, sin miedos, sin el temor a que aquello que se cree eterno desaparezca. Te ayuda a amar profundamente de corazón.
Iris es la luz del día.

Por otro lado existe la margarita. Es pequeña pero con un encanto sobrenatural que cautiva a cualquiera, tiene tantos significados como la inocencia, pureza, alegría, lealtad, amor puro y sincero, también belleza, fidelidad y aunque suene irónico también es una declaración de amor ardiente, gran pasión y erotismo. Pero más que una bella flor que cautiva por su belleza.
Margaret es para mí es la dulce flor silvestre que me arrulla en la noche, que vela por mis sueños.
La coqueta y balanceada presumida que me acompaña en mis noches. La que canta con orgullo por lo que es, la que sonríe alegremente por el simple hecho de estar viva.

Tanto Iris como Margaret es una dulce florecilla, mi florecilla que no se detiene. Por favor, decide ya, sentenciame a vivir o librarme de la muerte.
Quiero vivir para contemplarte florecilla, plantar tu amor sobre mi pecho, que en mi piel quede impregnando tu dulce olor, esperando a que tus raíces crezcan hasta quedar en lo más profundo de mi.
Mi pequeña florecilla, quedate conmigo por siempre.

Si alguien te dedica un libro con más de trescientas páginas redactando lo mucho que te ama utilizando sólo tu nombre y un par de cualidades, créeme que te dejara llorando, siempre supe que Dominic era un gran escritor nunca dude de su talento, pero esto era demasiado. Más de una vez había observando este libro en su habitación pero nunca había prestado atención ya que no tenía título en la portada, siempre pensé que era un simple libro que utilizaba con referencias jamás que sería algo dedicado para mi, había sido tan triste y doloroso.
Cuando terminé de leerlo solo lo guarde, se sentía como una gran despedida y estas nunca eran buenas o dejaban un buen sabor de boca, me dirigí al baño para lavarme el rostro, no quería que Lex me mirara con los ojos rojos al despertar y se diera una idea equivocada de las cosas, no quería que él pensara que lo iba a dejar otra vez.

A la mañana siguiente terminé de arreglar las cosas que hacían falta para poder partir al aeropuerto.

—Si papá, no te preocupes ya vamos en camino.

—Más te vale, no quiero que vuelvas a llegar tarde.

—Solo fue una vez, además aún faltan dos horas para nuestro vuelo, sabes muy bien que hay que hacer todo el detalle de la maleta y...

—¡Abuelo se nos hace tarde para la boda! —escuche gritar a Ilan.

—Aunque parece que él que llegará tarde a otro lugar será otro.

—Llamame en cuanto llegues. Te amo.

—Yo también te amo papá.

Colgué para guardar el aparato en mi bolso, desde la mañana mi familia no había dejado de llamar sin parar despidiéndose y diciendo lo mucho que me extrañarían mientras que ellos daban vueltas sin parar debido a que hoy era el gran día de la boda, supongo que todos teníamos nuestras propias prioridades.

Invidente amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora