𝐏𝐀𝐑𝐀𝐍𝐎𝐈𝐃 | e.m. (en edición)

fourteen

"corroded coffin"

Corria de un lado a otro buscando sus botas, las había comprado hace mucho y solo las había usado dos veces. La noche en la que salió de fiesta por primera vez con gente de su edad y hoy, para un concierto muy importante.

No sabía mucho acerca de él maquillaje o como hacerlo, incluso había comprado una revista de adolescentes donde daban consejos de belleza y maquillaje. Angie no tenía a alguien que le explicara estas cosas, ni siquiera Robin llegaba a ese nivel de conocimiento para explicarle.

Termino de vestirse con una falda negra pegada al cuerpo y un cinturón de el mismo color con la hebilla dorada, sus botas rojas, una gorra negra y un pequeño bolso para guardar cosas como su cartera, lapiz labial y un pequeño frasco de perfume.
Y como era una noche especial, ese mismo día en la mañana se la pasó de tienda en tienda buscando una blusa de color rojo. En una tapita mezcló suavizante de telas y pintura color negro, con un lápiz marco sobre la blusa las letras de el nombre de la banda de Eddie y comenzó a pintar siguiendo el diseño. No era mucho, pero lo hizo con la finalidad de que le gustara a el y a los demás chicos de la banda.

Era su fan número 1.

Al final solo se colocó joyería, anillos, unos aretes de aro y un fino que collar que le había regalado su papá en su cumpleaños número 16. Miro impaciente la hora su reloj despertador, faltan 10 minutos para que Eddie pasara por ella y se sentía nerviosa.
Bajo las escaleras y se recargo contra la pared que se encontraba a un lado de la puerta.

Su papá miraba todo desde el comedor, con una taza de café en sus manos para evitar quedarse dormido por si su hija regresaba tarde y un periódico sobre la mesa, fingía leerlo.

- Tal vez debería conocerlo - Habló después de una rato, notando el nerviosismo de Angie y atando cabos en su cabeza de cual era la situación aquí.

- Algún día - Asintió - Es gracioso, te caerá bien - Miro sus botas, pensado en que debería de usarlas más antes de que dejen de quedarme o algo por el estilo.

Y de pronto, como si ella los estuviera manifestando, el sonido de el claxon de un auto se escuchó muy cerca. Alzó su cabeza y se asomó por la mirilla de la puerta, miro a su padre despidiéndose con la mano y tomando su bolso en el trayecto.

- ¡No regreses tan tarde! - Grito desde el comedor al ver que su hija se iba.

- ¡No lo haré! - Grito de la misma forma y cerró la puerta principal. Observo el auto de Eddie, con el dentro cambiando la estación de radio, camino hasta la puerta intentando que no se le torciera el pie por el tacón de las botas y la abrió encontrándose, no solo con el dueño de la camioneta dentro, si no también con el resto de la banda - Hola - Habló con una sonrisa y subió al asiento de el copiloto.