𝐏𝐀𝐑𝐀𝐍𝐎𝐈𝐃 | e.m. (en edición)

thirty

"puppy love"

warning: así que si, este capitulo es de contenido sexual así que por favor si no te gusta solo soltatelo y evita dejar malos comentarios.
si eres menor de edad esta bajo tu responsabilidad si lo lees o no, tampoco soy su papá para prohibirles leerlo.
(recomiendo que pongan la canción hasta que empiece, bueno ya saben que)

- ¿Estás bien? - Pregunto Angie por décima vez en el día a Chrissy, la pobre estaba pálida, mantenía su vista fija en un punto perdiéndose en sus pensamientos y parecía ignorar su alrededor con facilidad.

- Solo estoy cansada, no he dormido bien - Declaró sin entrar mucho en detalles, sus ojos aún clavados en algún lugar.

- ¿Por que no vas a dormir un rato a la enfermería? Yo te pasaré los trabajos en los que te atrases - La porrista miro por primera vez a su amiga, las bolsas debajo de sus ojos delataban justamente lo que había aclarado hace un momento.

- Quisiera comer un poco - Angie sabía que Chrissy vomitaria lo que sea que le diera para llenar su estomago, pero no podría obligarla a no hacerlo. Abrió su mochila y saca una bolsa llena de pretzels bañados en una deliciosa salsa de chocolate.

No quería fijarse en la forma tan desesperada que tenía de llenarse la boca con alimentos, en otro momento Chrissy le hubiera dado la vuelta a la bolsa para revisar calorías, pero estaba tan vacía que solo quería llenarse.
Angie omitió decir algo al respecto e intento prestar atención a las ecuaciones que estaban escrito con tinta en su libreta. No le hubiera tomado tanto tiempo resolverlas si Chrissy no pensara tan alto y ruidosamente.

- ¿Qué pasa? - Preguntó Eddie camino a casa, con sus manos en el volante y sus ojos intercalando entre la carretera y su novia distraída.

- Algo me preocupa - Murmuró mordiendo sus uñas. Eddie estiró su mano hacia la de ella para evitar que siguiera mordiéndose sus uñas.

- ¿Y qué es lo que te preocupa? -

- Un asunto con Chrissy - Lo miró - Prefiero no hablar de eso ahora - Hizo un ligero puchero y recargo su cuerpo contra el de Eddie, descansando la cabeza sobre su hombro y subiendo sus piernas al asiento tomando forma de obillo.

- Esta bien - Inclina un poco su cabeza y deja un beso en la coronilla de la chica sin despegar sus ojos de el camino. Un sol abrasador inundaba toda la ciudad, todo se miraba amarillo y naranja.

Las ventanillas de el auto estaban abajo dejando entrar el aire que despeinaba un poco sus cabelleras conforme más avanzaba el auto. El silencio era reconfortante, era como si se comunicaran con el silencio que ellos habían creado.