𝐏𝐀𝐑𝐀𝐍𝐎𝐈𝐃 | e.m. (en edición)

twenty six

"sabbra cadabra"

Lo único que se escuchaba en el silencioso hogar de los Hawks por la tarde era el sonido intenso de los labios de ambos chicos chocando entre sí.
Las manos de Eddie sostenían su cadera con fuerza en un intento por acercarla más a el, Angie lo tomaba de los brazos con la respiración agitada.

- Eddie - Soltó una leve risa al sentir sus labios sobre su cuello y su cabello haciéndole cosquillas en el rostro.

- ¿Hmh? - Murmuró en tono de pregunta, arrastrando sus labios perezosamente lejos de ella

- Necesito subir a cambiarme, enserio - Eddie hizo un puchero y negó.

- Un beso más -

- Te daré todos los que quieras cuando termine - El metalero pareció pensarlo unos segundos y asentio con la cabeza después de que sonrió.

- Muy bien - Angie dejo un sonoro beso en sus labios antes de desaparecer escaleras arriba.

El chico se mantuvo en el sofá, mirando las fotografías de su chica repartidas por toda la sala y admirando su bonita sonrisa en cada una de ellas. Había unas de Angie bebé, con las mejillas regordetas y unos finos rizos en su cabellito, una de ella vistiendo unos jeans y sacando el dedo hacía la cámara, sonrió por un momento, y una de ella sobre la cama de un hospital, tenía unas ojeras debajo de sus ojos y se miraba notoriamente mucho más delgada.

Eddie sabía lo mal que ella lo había pasado en el pasado con su físico, pero aun así sonreía en esa foto mientras hacia el signo de amor y paz. Tal vez por eso habían decidido poner la fotografía ahí, a la vista de cualquiera.

Se paseó por toda la sala, como anteriormente lo había echo, y tomó una fotografía que pensaba considerablemente llevarse con el. Ella con el yeso puesto, una cara de comemierda en su rostro y su cabello totalmente desordenado al igual que su ropa desecha y sucia.
Soltó una carcajada al verla así, era preciosa sea como sea.

La siguiente foto fue aún mejor para Eddie de lo que esperaba. Era Angie en lo que parecía ser una foto para algún anuario escolar, su cabello estaba planchado y no tenía rizos, portaba unos lentes, una camisa de color blanco y un collar que llamó mucho la atención de Eddie por el dije.

Era una guitarra y, si entrecerrabas los ojos para verla mejor, parecía ser la de el mismísimo Eddie Van Halen.

- Deja de ver mis fotos - Escucho una voz desde las escaleras, asustado se dio la vuelta y juro como su mandíbula cayó a su pies.

- Santa mierda - Murmuró, más para el mismo que para ella, dejando la fotografía en su lugar torpemente y limpiando el sudor de sus manos contra sus pantalones. El vestido blanco se ajustaba perfectamente sobre sus pechos en ese escote con forma de corazón, el blanco perla resaltaba su pálida piel y su cabello negro como una noche sin estrellas - ¿Tienes una habilidad mágica para siempre verte tan bien? - Pregunto moviendo sus manos energéticamente a la par que Angie reía - Me gusta el vestido - Admitió, su tono de voz tembloroso hacia contraste con sus movimientos ligeramente torpes.