Stranger girl {Billy Hargrove}

Lady Lupercalia

Llegamos a las 10 de la mañana a Hawking y creo que mi familia estaba realmente contenta de verme. Mis padres estuvieron más amables de lo normal: papá se había cogido ese día para ir a recogernos al aeropuerto y mamá había hecho mi plato preferido para comer, incluso Martha había venido con Benedict y Ti para pasar aquí las vacaciones al saber que vendría.

No os voy a mentir, me siento abrumada, no estoy acostumbrada a este tipo de atenciones, pero las acepto.

Lo único malo es que todavía no he podido ver a Steve.

Era a quien más había echado de menos y no estaba dispuesta a esperar: cogí a Ti porque no podía descuidar mis deberes como tía y arrastré a Billy de nuevo al coche.

¿Le hacía ilusión ver a mi hermano? Sospecho que ninguna.

- ¿Sabes qué, Ti?- dije a mi sobrino de un año y tres meses que me observaba con dos ojos azules- después de ver al tío Steve te voy a llevar de excursión conmigo al bosque y te voy a enseñar todo lo que sé.

- Dada- fue su única respuesta acompañada de una sonrisa.

- ¿Da? Eso es sí en ruso.

- Estoy seguro de que él lo sabe- comentó Billy desde el asiento delantero.

- No ¿cómo va a...

Las palabras se atascaron en mi gargante al ver como me sonreía por el retrovisor: era una broma.

- El tío Billy es todo un bromista- comenté sacándole la lengua.

- Que chica tan mala, sacando la lengua y todo.

Esta vez sí que supe identificar que era una broma, pero como no lo entendía le volví a sacar la lengua.

- Señorita Harrington, voy a tener que enseñarle modales.

- ¿Cómo harías eso?- pregunté intrigada porque Billy tenía muchas cualidades pero no destacaba por sus buenos modales.

Me miró sonriendo y se lamió el labio inferior.

- No creo que Ti deba de oír algo así, pero tranquila, te lo enseño luego- comentó con el tono de voz que siempre usaba para ocasiones subidas de tono.

Y entendí todo.

- ¡William Adrien Hargrove!

- Me encanta que te sigas poniendo nerviosa.

- Estamos delante de mi sobrino.

- Cariño, no te has enterado tú, se va a enterar él.

Dirigí la mirada hacia Ti que contemplaba el techo con admiración mientras reía. Las crías de humanas son raras.

Billy aparcó frente al videoclub donde trabajaba mi hermano y nos bajamos con Ti en brazos.

- ¿Tienes ganas de verle?- me preguntó cogiendo él al niño.

- Muchísimas- respondí antes de abrir la puerta y entrar al establecimiento.

Al principio solo veía estanterías y estanterías llenas de películas, pósters en las paredes, cartones de tamaño real, ningún signo de él, hasta que vislumbré un tupé marrón entre las estanterías y me apresuré a él.

- ¡Steve!- exclamé al verle.

Mi hermano se volvió hacia mí y al reconocerme sonrió y abrió sus brazos, dejando caer algunas cintas.

- ¡Crystal!

Corrí a abrazarlo. Era la persona que más había echado en falta.

- No podía faltar hoy y envié a papá a por vosotros y siento mucho no estar en el aeropuerto, te he echado mucho de menos- hablaba súper rápido.