Panic! at the dinner

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Cuando me desperté Martha todavía seguía estando junto a mí y se lo agradecía, pero me aparté un poco y apagué la alarma.

Las 7:02 como todos los días.

Me puse mis pantuflas que estaban perfectamente colocadas junto a la cama y agarré mi ropa doblada para marcharme al baño.

Como siempre Bóreas me esperaba junto a la puerta.

Adoraba a mi perro.

- Hola, bonito- le saludé.

Me siguió hasta el baño donde se sentó para esperarme. Siempre tenía la misma rutina por las mañanas y Bóreas se la sabía perfectamente.

De 7:05 a 7:20 me duchaba y en otros cinco minutos me vestía con la ropa que tenía preparada del día anterior. Bóreas me esperaba impaciente en la puerta porque a las 7:30 le sacaba a pasear durante 20 minutos por el bosque.

Era tan relajante estar en el bosque mientras el sol terminaba de aparecer. Aprovechaba para mirar las casitas de los pájaros que seguían vacías y la naturaleza muerta.

Dedicaba mucho mi rato libre a pensar sobre aquello. Sin duda era la otra dimensión que volvía a atacar.

Estúpidos científicos del gobierno, deberían haber muerto ellos y no la gente inocente como Bárbara.

A las 7:50 ya estaba en casa, todos se habían levantado y el desayuno esperaba en la mesa.

Cereales y una pieza de fruta. Mmmm.

Los cereales siempre eran los que compraba mi madre de miel y la fruta variaba por temporada.

A las 8:05 solíamos salir de casa Steve y yo pero como ya no dependía solo de mí me ponía un poco nerviosa. No soportaba que no se cumpliera el horario establecido, me invalidaba y era como si ya no pudiera hacer el resto de tareas porque todo había empezado mal.

Lo sé, una estupidez.

Gracias a Dios hoy no era uno de esos días. Steve me pasaba mi chubasquero mientras cogía las llaves del coche.

Agarré mi mochila, dijimos adiós y nos marchamos.

Ahora ya no pasamos a por Nancy. Ahora vamos directos al instituto.

Normalmente llegábamos a las 8:17, trece minutos antes de que comenzaran las clases.

- Te veo a la salida- se despidió mi hermano de mí antes de desaparecer por el pasillo.

Otro día más.

Yo me dedicaba a avanzar cómo podía entre la gente mientras en mi cabeza resonaba una canción. Normalmente la música me ayudaba mucho a abstraerme de todos y me había pedido para Navidad unos cascos y un reproductor.

Cuando entré al aula de biología Jonathan ya se encontraba sentado en nuestro sitio, preparando los materiales.

En cuanto me senté, se giró.

- Tengo muchas cosas que contarte.

No me dio tiempo ni a decir buenos días. Le miré expectante.

- Aquí no- aclaró paseando la vista por el salón.

Recordé que debería contarle lo del demogorgon y la fallida interrupción en el laboratorio. Seguro que le hacía tanta gracia como a mí hacer deporte.

Es una broma porque odio el deporte, soy super torpe. Super torpe, de verdad, un árbol se mueve mejor que yo.

Eso también es una broma porque los árboles no se mueven.

Stranger girl {Billy Hargrove}Where stories live. Discover now