Stranger girl {Billy Hargrove}

Espero estarlo

- ¿Jonathan? ¿Qué ha pasado?

- ¡Crystal! ¿Quién es?- preguntó mi madre desde la cocina.

Mi mejor amigo entró en casa y respondió.

- Soy yo señora Harrington.

- Jonathan, cuánto tiempo ¿has comido?¿cómo está tu madre y Will?- preguntó mi madre saliendo de la cocina con una sonrisa.

- Muy bien señora... digo Elisabeth, y sí, ya he comido, no se preocupe, solo venía a recoger a Crystal.

- ¿Os vais?- dijo mi madre mirándome.

No tengo ni idea mamá, se acaba de plantar aquí, pero en vez de eso mejor sonrío y miro a Jonathan.

- Sí, perdone por no avisar pero Crystal me va a ayudar a comprar una nueva cámara, acabo de conseguir el dinero y no quería esperar.

Mi madre sonrió.

- Pasadlo bien entonces y felicidades por tu cámara Jonathan.

- Gracias- murmuramos los dos saliendo de casa y cerrando la puerta.

El aire azotó mi cuerpo en cuanto puse un pie fuera y mi pelo rubio que estaba suelto enloqueció.

- ¿Desde cuándo se ha levantado este viento?- pregunté a nadie en concreto mientras seguía a Jonathan hasta el coche.

Esperaba pacientemente a que él me explicara que es lo que estaba pasando.

Estaba nervioso, se le notaba bastante como para que yo me diera cuenta. Su destartalado coche se caló tres veces antes de emprender la marcha.

No dije nada, no sabía que decir ni creía que fuese el mejor momento dado a su nerviosismo, así que mejor callar.

Condujo hasta su casa donde se bajó y fue a su casa casi corriendo. Le seguí observando todo, nada parecía más extraño de lo que acostumbraba.

Entré por la puerta y observé a Joyce en el sillón sentada. Creo que estaba preocupada porque tenía los dedos en carne viva de morderse las uñas.

Lo segundo que noté era la sensación de frío que inundaba la casa, hacía incluso más frío que fuera.

Ni siquiera me miró y Jonathan me agarró de la mano pero yo me zafé, como un acto reflejo. Era mi mejor amigo y, prácticamente, mi amor platónico pero no hay porque tocar.

Le seguí a través del pasillo hasta el baño. Abrió la puerta y me dejó ver a Will en la bañera llena de agua.
La ventana estaba abierta y notaba corriente por lo que las otras ventanas deberían de estar abiertas.

Esto comenzaba a dar miedo

Estaba pálido como el papel, no tenía un aspecto para nada saludable, mantenía los ojos cerrados y todo el cuerpo sumergido a excepción de la cabeza.

- ¿Tiene fiebre?- pregunté, era lo único lógico y no paranormal para explicar aquello.

Aunque bueno, yo ya sabía la respuesta.

Jonathan negó con la cabeza.

- Dijo que a él le gustaba el frío.

Mi mente conectó ese él con el ente abstracto que el niño había dibujado antes.

- ¿El de los dibujos?

- Eso creemos.

- ¿Lo vais a llevar al laboratorio?

- No- anunció- mamá quiere esperar hasta mañana por si mejora, ir al laboratorio es su última opción.

Asentí entendiendo sus motivos.