Stranger girl {Billy Hargrove}

La piscina T.3

Mayo de 1985

El verano estaba ya a la vuelta de la esquina y la gente lo sabía.
Durante el invierno de este año, el alcalde, en su nuevo plan de modernización, había mandado construir una piscina de verano, anexa a la cubierta.

Para mi desgracia, se habían ofertado plazas de trabajo como socorrista y eso había atraído a mucha gente de mi edad, que habían invadido durante todo el mes de mayo mi querida piscina.

Cuando lo supe, informé a Billy porque estaba buscando trabajo para el verano y aquí estamos.

Los dos, en su coche, camino de la piscina.

Creo que es la única persona que no me importa que haya venido. Los demás me agobian.

Por si fuera poco, como era la que más años llevaba en natación (desde que tengo tres años), el entrenador me había pedido, por favor claro, que le ayudara a impartir el curso de socorrismo.

Y ya me conocéis, nunca digo que no a alguien que necesita mi ayuda.

La verdad es que no me importaba ayudar al señor Thomson, tampoco me importaba ayudar a los demás, pero me incomodaban las miradas que recibía.

Veréis, desde que le gente sabe que Billy y yo salimos, parece que me he convertido en una celebridad.

Pero bueno, merecía la pena por Billy y había ignorado al resto del mundo durante toda mi vida, creo que seguiré haciéndolo.

¡Ah, se me olvidaba!

¿Os acordáis del gorrión con el ala mal? Ya le he podido soltar.

Ahora tengo dos gatitos abandonados en el desván (para que no los vea mi madre) y una tortuga con el caparazón dañado que se le debe de haber escapado a alguien.

Hacía dos días que había colgado carteles por la ciudad, para devolverla a su dueño, en compañía de Dustin y Steve, pero nadie había llamado todavía.

- Crystal- me llamó Billy- ¿has enviado ya la carta de solicitud?

Cierto, se me olvidaba.

- Sí, la llevó ayer mi madre a la embajada para enviarla- contesté con una sonrisa- la respuesta llegará a finales de julio.

Billy asintió.

Es que ambiciono a una plaza en la universidad de Cambridge para estudiar zoología.

Me gustaría mucho entrar y poder estudiar lo que más me gusta.

Aunque tendría que dejar a Billy y mi familia para ir a vivir a Inglaterra. Cada vez que lo pensaba me entraban ganas de vomitar.

Por una parte es mi sueño, pero por otra me quedaría para siempre aquí, con mis rutinas, mi bosque y mis seres queridos.

Aunque bueno, Jules está estudiando relaciones internacionales allí y viviría con él.

Pero aún así, solo de pensarlo me entran náuseas y sé que si me aceptan, me va a dar un ataque de pánico. Uno o varios.

- ¿Quieres cenar mañana?- le pregunté- mis padres se van a ir y Steve también. Podría hacer lasaña para los dos.