014

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Finalmente el fin de semana había llegado, Yeonjun se despertó al sentir los fuertes rayos del sol en su rostro, entendió así el por qué Beomgyu había decidido dormir en la cama que quedaba cerca de los baños, era mucho más conveniente y posiblemente más cálido por las noches.

Restregó sus ojos y se estiró levantando los brazos, la luz del sol chocaba con su torso desnudo pero ni eso fue suficiente para que se le quitara el frío qué pasó la noche anterior, bajó sus extremidades y se deshizo de las cómodas sábanas de un tirón, si no lo hacía posiblemente quedaría atrapado allí para siempre, mejor liberarse rápido.

Entonces miró a su izquierda siendo sorprendido por un chico de cabello carmesí quien se encontraba vestido y lo miraba, estaba listo para salir sentado sobre su cama, la cual ya estaba tendida, sin zapatos y sentado con ambas piernas en forma de "mariposa", el azabache se puso la mano en el pecho intentando calmar los fuertes latidos de su corazón.

—¡No hagas eso! —se cubrió la cara con ambas manos, el carmesí comenzó a reírse. —¡Harás que me de un infarto! —le gritó, el carmesí sólo pudo reír con más gozo ante su reacción. —Agh, ¿Qué pasa?

Beomgyu dejó de reírse por un momento y comenzó a jugar con sus propias manos y agachó la cabeza para verlas, el mayor bajo sus manos y lo miró confundido, parecía que el carmesí quería decirle algo pero le costaba articular sus palabras. Finalmente se decidió a mirarlo y abrió la boca un poco tomando aire.

—Necesito un favor. —soltó finalmente.

—¿Si? —arqueó una ceja.

—Y-yo... um... —el azabache miraba expectante, Beomgyu solo miró hacia su derecha evitando contacto visual y con un leve sonrojo en sus mejillas. —¿Podrías acompañarme a la papelería que queda detrás del instituto? ...Necesito comprar los... los materiales para las decoraciones... para el festival...

Yeonjun comenzó a reír, se le hacía muy gracioso que hiciera tal drama solo para pedirle algo tan trivial, el más joven lo miró aún más rojo que antes, su cara estaba casi del color de su cabello.

—¡Deja de burlarte y vístete! —chilló.

—¿Por eso tanto drama? —volvió a reír. —No es para tanto, voy a vestirme y luego nos vamos ¿Ok?. —dijo y se levantó de su cama.

Beomgyu exhaló más tranquilo, para él no siempre era fácil pedir favores, y mucho menos a alguien a quien decía odiar con cada fibra y célula de su cuerpo. Aunque ese odio ya no era realmente eso, simplemente le molestaba su presencia algunas veces y esta había sido una de esas, eso era, si.

Finalmente fueron a aquella papelería, Yeonjun ni siquiera sabía que existía, había descubierto un mundo nuevo y una forma de llegar y hacer tareas o pendientes relacionados al arte antes de que comenzara la lección.

Miró hacia su lado izquierdo donde se suponía que Beomgyu estaba parado, pero no lo tenía cerca, miró por todas partes hasta que lo vio ya dentro de la tienda mirando una caja de lápices de colores, sus ojos parecían estrellas, y su emoción se desbordaba por todo su ser, parecía un niño pequeño en una dulcería. Rió y entró tranquilamente, saludo al encargado de la tienda mientras caminaba.

—¿Qué necesitas? —preguntó metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.

—Veamos. —habló para si mismo y comenzó a contar con sus dedos. —Colores, resaltadores, dos lienzos: uno para hacer un banner y otro para un cartel, ummm... tal ves pintura y-

—¡Wow, wow! Más despacio, velocista, ¿Qué vas a hacer con todo eso? —frunció el ceño confundido.

—Las decoraciones para el festival, duh. —dijo obvio y si, rodó los ojos, Yeonjun también.

Hater ➾ YeonGyuWhere stories live. Discover now