Hater ➾ YeonGyu

016

Después de aquel "show" teniendo como principal acto el reto posiblemente más "jugoso" del día, Beomgyu y Yeonjun regresaron a su dormitorio y entraron a este, lo primero fue encender la luz ya que comenzaba a oscurecer, y el final fue irse cada uno por su lado sin dirigirse ni una sola palabra.

¿Y qué tenían para decirse? Realmente nada, lo que había pasado quedó ahí en el gimnasio, en el pasado, no había necesidad de tocar el tema más nunca, ¿Cuál tema? No pasó nada interesante, nope.

Yeonjun se recostó en su cama quitándose los zapatos antes, y sacó su teléfono del bolsillo de sus pantalones, más tarde iría a bañarse.

Por otro lado, Beomgyu dio un vistazo a la pintura que hacía para el festival, se trataba de un rubí rodeado de otras joyas que se derretían al estilo de la icónica pintura de Salvador Dalí: "La persistencia de la memoria", la llamaría "La persistencia de las joyas" hasta que se le ocurriera un mejor nombre.

Apenas tenía un boceto, ya había seleccionado cuales joyas serían protagonistas y cuales serían personajes secundarios, el rubí sería el centro de atención al tener ese color rojo brillante que tanto llamaba la atención por ser un color primario, el carmesí quería que las personas que vieran su obra pensaran en "fuerza" y "brillo".

Curioso, Yeonjun se levantó de su cama dejando su teléfono y se acercó a hacharle un ojo, Beomgyu lo miró un segundo y volvió a su obra.

—U-um... y... ¿Q-Qué te parece? ... —preguntó tímido, no solía dejar que otros miraran sus bocetos, fue un hábito que surgió en la escuela primaria desde que otros niños le quitaban sus dibujos y los rompían. Los profesores también.

—Me gusta... se ve... abstracto. —respondió Yeonjun cuidando lo más posible sus palabras.

—¿Sabes en qué está basado? —volvió a preguntar, no esperaba que respondiera, sólo quería seguir hablando.

—Hm... hay, espera, tengo el nombre en la punta de la lengua. —dijo dándose suaves puños en la cabeza intentando recordar. —No me digas, que si se.

Beomgyu cerró la boca, estuvo a punto de decírselo. Finalmente el azabache chasqueó los dedos con su respuesta ya lista, lo miró expectante.

—E-es de Leonardo DiCaprio ¿Verdad?

Y entonces Beomgyu estalló en risas, el mayor lo miraba y sonrió de lado al ver su reacción. Por su puesto que sabía de quién era y cuál era su nombre, lo vió en clases de historia a los doce o trece años más o menos, y volvió a verlo cuando sus padres lo llevaron a una exposición de arte a ver dicha obra, la original.

—No seas tonto. —exclamó el más joven de los dos. —¿Enserio no lo sabes? —no obtuvo respuesta. —No es cierto... —se puso más serio.

—Dalí. —rió también. —Sólo quería disipar la incomodidad un poco.

—Menos mal, sé que eres tonto pero no creo que seas así de tonto. —hizo énfasis en "así".

—Ouch, me dolió. —respondió llevando su mano a su pecho, abrió su armario y comenzó a sacar ropa. —Me voy a dar una ducha, no busques "videos de arcoíris" sin-

—Ya se, ya se, sin tu permiso.

—Déjame terminar. —aclaró su garganta. —No busques "videos de arcoíris" sin mi. —le guiñó el ojo y entró al baño.

Beomgyu rió y negó con la cabeza, su hábito de rodar los ojos parecía estar desapareciendo finalmente, todo era bueno.

Entonces miró su mochila unos segundos, le costó, pero al final dio al clavo y entró al mundo real: mañana era el examen del que tanto había hablado, no quería hacerlo pero tenía que estudiar lo más posible. Era un examen de matemáticas, el área donde peor le iba además de inglés, recordó también que no podría llevar su celular porque, según él profesor, podría distraerlos y también para evitar que alguien usara la calculadora que, claramente, estaba prohibida.