Hater ➾ YeonGyu

025

Sábado. El tan esperado fin de semana por fin había llegado.

Beomgyu abrió los ojos lentamente encontrándose con el amplio pecho de Yeonjun que subía y bajaba lentamente, los latidos de su corazón eran tan tranquilos que casi vuelve a quedarse dormido al escuchar aquella "melodía", pero tenía hambre, no quería despertarlo así que, como pudo, se escabulló entre las sábanas.

Aún tenía sus bóxers puestos, que alivio, al parecer no habían pasado de besos y uno que otro toque por aquí y por allá, no que recordara, claro, miró a la nada por un momento haber si algún recuerdo mas "revelador" de la noche anterior aparecía pero no pasó nada, sólo suspiró y se estiró sintiendo un ligero dolor en su espalda baja, fue suficiente para recordar una que otra cosa.

Se puso los pantalones de su pijama que se hallaban en el suelo y fue a la cocina, miró a Yeonjun de nuevo, seguía dormido, el carmesí chasqueó la lengua y fue a abrir la puerta del refrigerador, sacó un cartón de leche y de los gabinetes sobre su cabeza sacó el cereal de colores que habían comprado ayer.

Mejor que un restaurante, si.

Al terminar, dejó el plato vacío en el lavavajillas, miró al azabache nuevamente haber si ya se había despertado, no lo había hecho, por lo que se le ocurrió entonces la "maravillosa" idea de hacer el desayuno, uno de verdad.

Tomó su teléfono y buscó alguna receta en YouTube, tal ves podría replicar algo con lo que tuviera a la mano, como en esos videos donde la gente hace cosas "random", al final casi siempre salía una maravilla, a pesar de saber que posiblemente era todo falso, quería intentarlo, debía haber uno verdadero por ahí.

Hacer huevos con tocino parecía tarea fácil, sólo había un problema, el aceite saltaba y a Beomgyu le asustaba.

Trago saliva con fuerza y suspiró, encendió la llama azul y puso encima el pequeño sartén bien seco, llegó el momento de la verdad, tomó el aceite y comprobó que la superficie ya estuviera caliente añadiendo una sola gota, y una ves con la confirmación puso otra mucho más grande que, por desgracia, no tardó mucho en comenzar a saltar.

Mientras tanto, Yeonjun lo miraba riéndose en voz baja, en serio Beomgyu le tenía miedo a todo, era divertido.

Se acercó lentamente a él y el carmesí casi lo golpea del susto, afortunadamente el azabache tenía buenos reflejos y logró inclinarse hacia atrás evitando un moretón en su cara.

—¿Tanto alboroto por un poco de aceite? —rió incorporándose, el más bajo chasqueó la lengua.

—No me quiero quemar, idiota. —cruzó los brazos.

—Ya, vuelve a tu cama, yo termino el desayuno. —dijo agarrándole de la camisa y alejándolo de la estufa.

Beomgyu se liberó de su agarre brusco y comenzó a ignorar al contrario volviendo a lo que intentaba hacer, tomó uno de los huevos del refrigerador y se acercó temeroso al sartén "furioso".

Yeonjun chasqueó la lengua y tomó el huevo, lo puso en el mesón con cuidado. El carmesí lo miró desafiante.

—¡Déjame! —chilló. —Puedo hacerlo.

—Lo que puedes es quemarte y hacer un desastre, Beom, no quiero que eso pase.

El más bajo obviamente no lo escuchó, no quería hacerle caso ni aunque tuviera buenas intenciones, volvió a tomar el huevo y el azabache no tuvo más opción de ponerse un poco más agresivo, sin lastimarlo claro. Tomó a Beomgyu logrando juntar sus muñecas e hizo que levantara los brazos, finalmente lo "arrastró" lejos del sartén y lo estampó en la pared más cercana.

—¿En serio te tengo que tratar como a un niño? —soltó, su voz sonaba dura, un poco intimidante.

—S-suelta... —dijo Beomgyu en un hilo de voz, como si fuera lo más inocente que había visto el universo.