Extra 1. Un poquito de suerte

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" DESDE EL PRIMER MOMENTO QUE NOS CONOCIMOS ME ROBASTE UNA PARTE DE MI CORAZÓN"

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Algunos años antes...

Un año había pasado desde que Pedri y Naira se casaran en Nueva Zelanda. El canario estaba aún más asentado en el equipo y era titular indiscutible. Incluso ese verano, había participado en las Olimpiadas consiguiendo una más que meritoria medalla de plata. Ella había retomado sus estudios de Bellas Artes y como matrimonio, no les podía ir mejor. Seguían siendo jóvenes, pero, los dos habían sufrido tanto en la vida que habían madurado de golpe.

En cuanto volvieron de su luna de miel, pusieron la casa a la venta y se compraron otra más cerca de la playa. Querían empezar a vivir su vida desde casi el principio y que mejor manera que hacerlo que construyendo su nuevo hogar desde cero.

Aquella mañana Naira miraba el reloj de la pared de la cocina. Pedri estaba a punto de llegar y estaba deseando que lo hiciera. Estaba asustada. Y mucho. Y necesitaba a su marido en estos momentos para que él fuera la calma que necesitaba. Y como si él intuyera que así era, escuchó la puerta de la calle abrirse y como dejaba las llaves en el cuenco de la entrada.

- ¡Nai!

- Estoy aquí en la cocina

Pedri entró deseoso de ver a su mujer. Esta mañana lo había dejado muy preocupado al ver su pálida cara y como casi ni había desayunado. Entró en la cocina y se quedó estático mirándola muy sorprendido. Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y una mezcla de miedo y emoción a partes iguales.

- ¿Nai? -le preguntó él señalando lo que ella tenía en sus manos

- Es una prueba de embarazo -le contestó ella al borde de las lágrimas- lo he estado pensando y puede que lo que me pase sea esto

Pedri recorrió los pocos metros que le separaban de su mujer y se sentó a su lado abrazándola. Ella se dejó estrechar por sus brazos poniendo su cabeza en su pecho y dejando que las primeras lágrimas mojaran la camiseta de su marido.

- Ei, no llores mi Naira -le dijo él quitándole el agua que bañaba sus mejillas- esto no es para llorar mi bemba

- Estoy muy asustada Pedri,¿y si estoy embarazada? ¿y si es como la otra vez y per...?

- Shh. No digas eso mi niña. Tienes que ser fuerte, tenemos que ser fuertes. Primero nos vamos a hacer la prueba, y luego ya veremos lo que pasa. Además, nos merecemos un poquito de suerte ¿verdad?

Naira le sonrió a través de las lágrimas y asintió respirando pausadamente. Él rozó sus labios unos segundos y volvió a abrazarla de nuevo.

- Vamos a hacernos la prueba Naira

Pedri la abrazó de nuevo acariciando su espalda tratando de tranquilizarla. La ayudó a abrir la prueba de embarazo y ella desapareció por el servicio que había en la parte de abajo de la casa. El canario se llevó las manos a la cara tremendamente asustado, porque lo estaba. Pero no quería estar así delante de ella. Naira lo necesitaba ahora más que nunca y tenía que dejar sus miedos atrás.

Naira volvió minutos después. Se acercó a Pedri y se sentó en sus rodillas pasando sus brazos alrededor de su cuello. Él volvió a besarla disfrutando del sabor de sus labios.

- Sabes a patata -le dijo su marido riéndose- ¿porqué sabes a patata?

- Porque he hecho tortilla -le contestó ella devolviéndole la sonrisa

- ¿Con cebolla?

- Por supuesto, y ensalada de pimientos para acompañarla

- Hummm. Me encanta -Pedri escondió la cabeza en el hueco de su cuello besando la piel desnuda de su nuca. Naira sintió como se le erizaba la piel cada vez que la punta de su lengua rozaba alguna parte de su cuello

ᴛᴇ ᴠᴏʟᴠᴇʀÍᴀ ᴀ ᴇʟᴇɢɪʀWhere stories live. Discover now