Extra 4. Te Voy A Echar De Menos

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" SI TAL VEZ TE PARARAS A PENSAR LO MUCHO QUE TE AMO, COMPRENDERÍAS QUE MI CORAZÓN SIEMPRE SERÁ TUYO "

Cuando uno tiene prisa, parece que el tiempo va más lento, e incluso a ti alrededor, todos se mueven de la misma manera

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Cuando uno tiene prisa, parece que el tiempo va más lento, e incluso a ti alrededor, todos se mueven de la misma manera. Eso parecía sentir Pedri, pues el camino hasta llegar a l hospital, se le hizo eterno. Corría por ese pasillo de urgencias, buscando como loco a su mujer. Tenía la garganta seca y apenas podía respirar. No sabía ni como había sido capaz de llegar al hospital. El miedo y los nervios le atenazaban y también una sensación de horrible culpabilidad, por haber dejado a su mujer y a sus hijos solos. 

Se paró enfrente de una habitación, la que le habían indicado en recepción, y antes de entrar en ella, tomó aire con toda la calma de la que era capaz e hizo de tripas corazón, sabiendo que ahora tenía que ser él quien llevara la tranquilidad a su esposa. Muy lentamente, abrió esa puerta, para encontrarse dentro de una pequeña sala de observación. La tenue luz iluminaba una cama donde el pequeño cuerpo de su hijo Pedro, descansaba sin apenas moverse. Sintió un estremecimiento al ver a su hijo en esa posición, y se maldijo de nuevo, por haberlo abandonado esa tarde.

En cuanto lo escuchó, llegar, Naira ladeó su cabeza para centrarse en la presencia de su marido. Verlo, de alguna manera, la tranquilizaba, pues estaba aterrada pensando en que algo le sucediera a su pequeño.

-Naira -la voz de Pedri acercándose le hizo que de nuevo las lágrimas se le atascaran en la garganta, deseosas de ser derramadas.

-No despertaba de la siesta -empezó a relatarle Naira a su marido, mientras él acortaba la distancia que los separaba- cuando fui a la cuna, estaba rígido y arqueaba la espalda mientras lloraba. Ay, Pedri, tenía tanta fiebre que creí...

No pudo acabar Naira la frase. Se echó a llorar con desconsuelo mientras se llevaba las manos a la cara. Su marido tardó muy poco en estrecharla entre sus brazos y ser su ancla en esta tormenta. Ella se aferró a él, sin poder detener esas malditas lágrimas.

-¿Qué han dicho los médicos? -le preguntó él, a la vez que, con ella aún medio abrazada, se acercaba a la cuna para ver a su pequeño.

-Le han hecho un análisis de sangre y de orina. Y según los resultados, le harán una punción lumbar.

Pedri tembló ante la posibilidad de que a su hijo se la hicieran. Era tan pequeño que por nada del mundo quería que él sufriera. 

-Estoy muy asustada, Pedri -el cuerpo de su mujer temblaba de forma considerable. Pedri la atrajo de nuevo hacia su pecho y la abrazó con más fuerza.

-Lo sé, mi amor. Lo siento tanto. Siento haberte dejado sola -él besó su frente intentando retener también las lágrimas que llevaba conteniendo desde que salió de casa de Ferrán.

-¿Dónde estabas? -le preguntó ella solo para confirmar, algo que ya sabía.

-Fui a ver a Ferrán -le contestó, pues él tampoco era de los que le ocultaban nada a su mujer.

ᴛᴇ ᴠᴏʟᴠᴇʀÍᴀ ᴀ ᴇʟᴇɢɪʀМесто, где живут истории. Откройте их для себя